“El
sonido afecta a la materia de maneras inesperadas, un misterio en el que la
ciencia está profundizando". (Documental “Magia sónica”. Realizador: Jerry Thompson. Producción: Canadian Broadcasting Corporation[1]).
Introducción
Este
tema expone la relación existente entre el sonido como ondas[2], la palabra y el mantra. Con esta
monografía se completa el capítulo anterior dedicado a los chakras, donde se
recomienda la vocalización de mantras para el despliegue de estos vórtices
energéticos.
La estructura biomagnética del
organismo es un estado vibratorio. Esto significa que ciertas frecuencias son
afines a ella y, en consecuencia, estas le afectan, tanto positiva como negativamente.
Ciertos sonidos, conocidos como mantras, melodías musicales, cantos…,
benefician; otros, en cambio, perjudican, como son los ruidos, los chirridos…,
o la contaminación sonora.
“Las
ondas de sonido son ondas longitudinales, que producen cambios de densidad y
presión en el medio en el que se propagan. El medio puede ser un sólido, un
líquido o un gas. Si las ondas sonoras llegan al oído hacen que el tímpano
vibre, lo que produce una señal en el nervio acústico que es lo que produce la
sensación de audición. La biología y la psicología de la audición, así como la
física del sonido, son igualmente importantes para la ciencia de la acústica”.
(Publicado por Cesar Tomé López, el 5 de febrero de 2019, Pág. WEB “Cultura científica”, tema sonido).
El texto amplía el término “sonido” más allá de lo que especifica la rama de la acústica. El
autoconocimiento abarca este vocablo como descriptivo de la cualidad que posee
la materia, de vibrar por sí misma debido a su estructura atómica y molecular.
También se incluye a la propagación de la energía por medio de ondas
electromagnéticas, gravitacionales, luminosas…, las cuales se desplazan en el
vacío.
El estado de vibración interno de la materia o la energía,
es uno de sus principios fundamentales de la Física, el cual está presente en
toda la creación. Todo en el universo se mueve, vibra, y emite una frecuencia;
esta propiedad permite una interacción[3]
entre todo aquello que es afín.
Dos sencillos ejemplos: el sol se halla a una distancia aproximada de 150
millones de Km. de la Tierra, pero sus rayos producen sobre las plantas el
proceso de la fotosíntesis. Sin la radiación o la energía solar, la vida sobre
el planeta sería imposible. Así mismo, la fuerza intermolecular se origina por
los diferentes tipos de enlaces según la naturaleza intrínseca de las moléculas;
esta última depende de su composición atómica. Sin esta fuerza intermolecular,
las propiedades de las sustancias no permitirían el desarrollo de la vida.
Estos ejemplos constatan la relevancia de este fenómeno
de la vibración o del sonido, el cual afecta a una gran cantidad de ámbitos de
la vida humana. Este tema atrae la atención sobre la palabra como recurso de
comunicación entre los seres humanos, y del mantra como factor idóneo para la
activación de los sentidos internos.
El sonido es el soporte y el vehículo de la palabra, la
cual es un recurso fundamental de las relaciones con los demás. El estudio de
cómo uno usa el verbo, es una referencia del estado de conciencia del
individuo. La autoconciencia instaura un intercambio de mensajes, ideas,
información…, de modo inteligente, atrae valores humanos de respeto, dignidad y
eficacia en el mensaje que uno anhela transmitir. La palabra es un elemento
vinculado al centro intelectual, ya que cuando esta se interioriza da base a
los conceptos, y a través de ellos, se nutren los distintos mecanismos del
pensamiento. Así mismo, el verbo posee una dimensión emocional. La manera de
hablar, dirigirse a una persona, establecer un diálogo…, origina una conexión, o
un vínculo emocional con ella. Estos elementos configuran la necesidad de
hacerse consciente de cómo se comunica uno con las personas que le rodean.
Captar hábitos; aprehender cómo la palabra desvela el mundo interior; advertir carencias
y defectos de la personalidad; percibir la expresión externa del subconsciente,
etc., es el sentido de un estudio objetivo de su uso.
Por otro lado, el mantra propicia el desarrollo de las
facultades internas por medio de la vibración, o el sonido concentrado en las
zonas donde se localizan los chakras. Activar la imaginación, la inspiración, la
intuición, el relajarse física y mentalmente…, es posible gracias a estos
conocimientos cultivados por distintas tradiciones espirituales.
A
continuación, se despliega cómo el sonido y sus propiedades, se hallan en una
gran cantidad de ámbitos de nuestra vida, y cómo estos afectan de diferentes
índoles.
El sonido, sus efectos y aplicaciones
“Un
tercer tipo de movimiento es la vibración, un movimiento interno de los átomos
en una molécula. Las vibraciones moleculares son armónicas (al menos en una
primera aproximación), lo que significa que los átomos oscilan en torno a su
posición de equilibrio…” (Wikipedia, la enciclopedia libre. Clave:
geometría molecular).
La
base de los fenómenos producidos por el sonido, proviene de la estructura atómica
o geometría molecular de la materia, la cual le atorga sus características
intrínsecas. Todo átomo, molécula, o cuerpo a causa de su composición interna, coexiste
con un movimiento o una vibración propia. Esta cualidad origina una frecuencia
resultante, la cual es igual a la suma de todas las vibraciones que componen el
elemento. Esta resultante se denomina “nota
síntesis”. Esto indica que todos los integrantes de la materia en
cualquiera de sus formas y asociaciones, emiten una onda o nota síntesis.
Cuando se altera la estructura de la materia o un cuerpo, igualmente se
modifica esta frecuencia original. Esta emisión, perceptible o no, está
presente en toda la creación, la naturaleza y el hombre. Esta particularidad
comporta dos efectos que son relevantes desde el autoconocimiento.
Ø El efecto diapasón o de resonancia.
Ø La
capacidad de los sonidos o las ondas de crear patrones, o modelos geométricos
en el medio por donde se desplazan, los cuales se denominan figuras Chladni. La
ciencia que hace visibles estas figuras se denomina “cimática[4]”.
La resonancia se aprehende con facilidad con el efecto
diapasón[5].
El uso de esta herramienta prueba que cuando esta vibra, y se coloca otra a
cierta distancia con la misma naturaleza, suena de modo idéntico. Esto implica una
influencia de un diapasón con respecto a otro, en este caso, debido a que el
sonido viaja a través del aire.
Por ejemplo, al famoso tenor italiano Enrico Caruso (1873-1921), se le atribuía
la capacidad de romper una copa de vidrio con la potencia de su voz. Este hecho
es posible a causa de este principio de resonancia. La voz se sintoniza con la
frecuencia o nota síntesis de la copa, la cual vibra, y estalla debido a la
rigidez del vidrio. Esta facultad es reconocida a varios cantantes. La soprano
australiana Nelly Melba (1861-1931), era popular por este hecho; Julie Andrews (1935)
lo hacía en el espectáculo “Victoria y
Víctor” en Broadway delante del público; y la soprano española Ainhoa
Arteta (1964) lo consigue en vivo en un programa de televisión[6],
por nombrar algunos personajes conocidos.
Por otro lado, el sonido afecta a la materia, o al medio
que atraviesa. Este origina modelos geométricos concisos, los cuales dependen,
tanto de la frecuencia como de las características del medio. Esta misma
propiedad se concreta en todo lo creado, ya que la vibración de la estructura
atómica, proyecta una figura geométrica junto a su nota síntesis. Estos
fenómenos a los que hay que sumar otros muchos, provocados por el sonido, y
demás ondas, aportan una gran cantidad de aplicaciones en los distintos ámbitos
tecnológicos y de las ciencias.
En
el campo de la medicina, los rayos x, la resonancia magnética, la ecografía, el
láser…, son algunas de las tecnologías que facilitan los diagnósticos de los facultativos,
y la recuperación de los enfermos. Así mismo, se empieza a investigar la
influencia de la música, y del sonido sobre la psiquis, en concreto, alteraciones
afectivas, y emocionales en distintos trastornos vinculados al estrés y a la
ansiedad.
“Pitágoras:
habla de la música de las esferas, desarrollando conceptos matemáticos para
explicar la armonía en la música, en el universo y en el alma humana[7]”.
En la telecomunicación, las ondas electromagnéticas son
la base de todas sus transmisiones, las cuales propician todos los sistemas de
información y servicios que disfruta el sujeto contemporáneo. Sin ondas no es
posible la TV, ni la telefonía, sea esta móvil o fija, ni el GPS, ni Internet, ni
la radio…, en este ámbito sería volver a principios del siglo XX.
En construcción e industria se han inventado una gran
cantidad de herramientas, y máquinas que operan con tecnología láser,
ultrasonidos, radiofrecuencia, etc. Estas permiten más exactitud, facilidad, y
ahorro de tiempo y mano de obra en muchas de sus labores.
En
la ganadería y la agricultura, diferentes universidades indagan el efecto de la
música en el campo de la agroalimentación. Varios investigadores han concluido
que los granjeros que estimulan sus vacas con música suave o clásica, aumentan
la producción de leche. No obstante, la música fuerte y arrítmica obtiene los resultados
contrarios.
“Escuchar
música aumenta la producción de leche del ganado vacuno, según investigadores
británicos, psicólogos de la universidad de Leicester”. (27 de junio
de 2001, BCC Mundo.com, Ciencia).
Las propiedades de la vibración de la materia, sean
audibles o no, aportan muchos beneficios a la humanidad, pero también generan
considerables perjuicios.
El ruido es coexistente con la actividad humana, y el
sujeto es incapaz de escapar de él, y afecta a todo el mundo. La carencia de
atención sobre sus consecuencias conlleva, a pesar de acostumbrase, tanto un
desequilibrio en la salud como un problema de comunicación.
En
la actualidad, las autoridades sanitarias alertan sobre los daños que provoca la
contaminación sonora en la población. La organización Mundial de la Salud
(OMS), considera perjudicial un nivel sonoro superior a los 65 decibelios. A
causa de que el ruido no deja un rastro de desechos, ni el aire se impregna de
sustancias nocivas, ni se acumula en la naturaleza, no cuesta dinero, etc.,
hasta ahora no se valoraron adecuadamente sus efectos en el individuo. Las
consecuencias fisiológicas y psicológicas de la polución acústica en forma de
ruido molesto, son considerables en las distintas funciones del organismo.
“Las
personas reaccionan al sonido de manera variable; en gran medida depende de
quien está escuchando, y la fuente que lo está causando. Por lo general, los
sonidos naturales, por fuertes que sean, tienden a ser menos molestos que los
sonidos de la vida moderna. Los sonidos fuertes producen una reacción de huida
o de ataque. Entre los síntomas ligados a los entornos ruidosos están: el
estrés, la ansiedad, la fatiga, la aceleración del ritmo cardiaco, la pérdida
de sueño, la conflictividad social”. (Documental “Magia sónica”. Realizador: Jerry
Thompson. Producción: Canadian
Broadcasting Corporation).
La mayoría de la gente no es consciente de los trastornos
que acarrean los ruidos, o las músicas que se perciben con un volumen excesivo.
Principalmente, los jóvenes se hallan en una situación de riesgo de pérdida de
audición a edades tempranas. Las causas son el abusivo tiempo de exposición a
sus reproductores, móviles, y la alta intensidad de sonido que predomina en los
locales de ocio[8]
que frecuentan. Así mismo, el estudiante precisa estar presente a su tono y
volumen de voz cuando habla, y se dirige a los demás en sus conversaciones,
controversias, discusiones, debates, etc. Más aún, si uno se identifica con un ego,
y se enfada, se frustra, critica…, en muchos de estos estados íntimos, la
persona levanta la voz, vocifera, o grita.
En
conclusión, el sonido que rodea al ser humano es una energía que lo alcanza, y
a él le corresponde despertar su conciencia a cómo le influye en los diferentes
ámbitos: físico, psicológico y anímico. El alumno necesita discernir en qué
medida se relaciona correctamente con este fenómeno, valora el silencio y los
ambientes sonoros suaves. De modo que los altos niveles de ruido, no exciten la
mente de quien anhela paz interior.
El sonido como elemento fundamental de
comunicación
La base de las relaciones en la naturaleza es la
comunicación. Los animales se relacionan entre ellos, sea entre individuos de
la misma especie como entre especies diferentes. Esta comunicación es
instintiva; cumple con necesidades de aprendizaje, protección, dominio,
advertencia, sumisión, etc.; se compone de gestos, signos actitudes, dejar un
rastro con su olor… Cada acción adquiere según la especie un significado
concreto, asimismo, existe una rica variedad de sonidos emitidos para los fines
descritos anteriormente. Por ejemplo, en la época de celo, los machos producen
sonidos característicos de la especie para hacer constar, tanto a las hembras
como a los demás machos, sus intenciones.
No
obstante, debido al lenguaje, el sistema más completo de comunicación es la
humana. Esta relación verbal se fundamenta en la posibilidad de hablar, del uso
de las palabras, las cuales se forman con la emisión de sonidos. Estos últimos son
un código que posee significado, que por convención con los demás sujetos
constituye un idioma, el cual permite que dos personas se entiendan entre sí.
De este modo, el ser humano comparte conocimientos, estados psicológicos,
afectivos…, y, como consecuencia, se facilita el aprendizaje.
“De
esta forma, existen multitud de lenguas puesto que hay un gran número de
comunidades de habla diversas entre sí. Así, la lengua surge de la capacidad y
necesidad que posee el ser humano de comunicarse y manifestar sus emociones,
sentimientos, ideas y opiniones sobre la realidad que le rodea”. (Marina
Maza. Unprofesor. Artículo. Diferencias entre lengua e idioma. 18 septiembre
2018. https://www.unprofesor.com).
Aunque, la comunicación oral no es el único modo de
relacionarse, o intercambiar información con los demás, como son gestos,
sonrisas, miradas, actitudes, escritura…, el tema se centrará en el poder de la
palabra debido a su vinculación con el sonido.
El lenguaje y la capacidad de la persona de comunicarse,
se asocian a los cinco centros del organismo, y es la herramienta más potente
de influencia en los demás. Esto significa que el verbo se halla presente, y
aporta información sobre la personalidad del individuo, sus egos, estados de
conciencia, y su subconsciente. El estudio de la palabra y sus contenidos
prácticos, conlleva una gran cantidad de consideraciones, las cuales se desplegarán
en una monografía específica más adelante en el curso. Sin embargo, se atrae la
atención del estudiante sobre ciertos puntos de la comunicación oral, de modo
que observe el uso del verbo en su vida diaria.
Uno
de los factores que el sujeto precisa despertar en su conciencia, es el poder
de persuasión que reside en la palabra, ya sea a un sujeto particular como a un
grupo de personas o a una sociedad. Esta capacidad sirve, tanto para construir
como para destruir, en los diferentes ámbitos donde esta ejerce su acción.
Muchos grandes personajes de la Historia, han confirmado este poder de
influencia del verbo sobre la psiquis de las personas. A continuación, se
exponen de modo escueto cuatro ejemplos.
Gamal Abdel Nasser (1918-1970),
entendió este principio, y fue el principal promotor de la emisora “La voz de los árabes”. Esta constituyó
una de las herramientas de difusión de sus discursos e ideas políticas. Alcanzó
no solo al pueblo egipcio, sino también a todo el mundo árabe. A través de la
radio, sus discursos llegaron a toda persona que tuviese un pequeño transistor.
El presidente Nasser consiguió una gran popularidad y apoyo a sus ideas políticas
gracias al poder de su palabra, la cual fue escuchada por una población en su mayoría
analfabeta.
“El
26 de julio de 1956, a las 19 horas, en la Plaza de la Liberación de Alejandría,
el coronel Gamal Abdel Nasser pronunció un discurso impactante e influyente en
la historia contemporánea”. (http://agora.ulpgc.es/articulo.htm,
Titulo del artículo: “El discurso descolonizador”, en Le Monde" del 28 de julio de 1956).
Martín Luther King Jr. (1929-1968) fue
premio Nobel de la Paz (1964), y se distinguió por su lucha no violenta por los
derechos civiles para los afroamericanos. Fue capaz a través de su acción y oratoria
de conmocionar y convencer a gran parte del pueblo estadounidense de esta
necesidad, y despertar la conciencia pública de contribuir a este movimiento.
Su discurso titulado “Yo tengo un sueño”,
lo ha consolidado como uno de los oradores más importantes de la humanidad.
”El
discurso de Martin Luther King fue, no solo el corazón y el pilar emocional de
la marcha sobre Washington[9],
sino la prueba del poder de transformación y la magia de las palabras de un
hombre. Cincuenta años después, sigue siendo un discurso capaz de conmover
hasta las lágrimas”. (Autor: Michiko Kakutani. El País
internacional, 28 de febrero 2013, Artículo: El poder permanente del discurso
sobre el sueño de King).
Susan Brownell Anthony (1820-1906) fue
una mujer que emprendió la lucha por el derecho a votar de las mujeres en todo
el mundo. Como feminista y sufragista consagró su vida a viajar por todos los
Estados Unidos y Europa, dando discursos durante 45 años, a una media de 75 a
100 por año. En 1869, creó junto a Elizabeth Cady Stanton, la “Asociación Nacional Pro Sufragio de la
Mujer”, teniendo tanto éxito que, en 1925, agrupaba a más de treinta y seis
millones de afiliadas en todos los países. En 1917, la revista “Time” la eligió como una de las mejores
oradoras de la Historia.
“El
argumento básico que utilizaba Susan Anthony en sus discursos era la lectura
literal de la construcción americana en la Declaración de Independencia; luego contraponía
ese texto con la realidad que le impedía a ella misma votar, logrando un efecto
inmediato en las audiencias a las que se dirigía. A esto se añadía que, frente
al tono exaltado y hasta histérico que los opositores al voto femenino
utilizaban en sus arengas, el tono de Susan Anthony era siempre calmado y sencillo…
Una de sus oraciones más célebres fue: “Fuimos nosotros, el pueblo. No “Nosotros,
los hombres blancos”, sino nosotros, todos nosotros, los que hicimos la Unión”.
(Autor: Domingo Luis Fernández Álvarez. Universidad de La Laguna.
Documento: Apuntes sobre la oratoria de Susan B. Anthony).
Adolf Hitler (1889-1945) ingresó en el Partido
Obrero Alemán, como espía del ejército en 1919, y dos años más tarde alcanzó su
liderazgo gracias a su elocuencia. En 1920,
funda el partido Nazi (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán). Durante la
década de los años veinte, esta formación política consigue altos y bajos
índices de popularidad. En ese periodo, Hitler protagoniza una insurrección
fallida (1923), fue recluido ocho meses, y le prohibieron hablar en público. En
1925, se le levanta, pero después de la primera alocución (27 de febrero),
debido al ímpetu y a los propósitos de las palabras expuestas, fue de nuevo censurado
hasta 1929. A partir, de entonces, su oratorio, facultad de motivar y suscitar
admiración, y la eficiente propaganda cargada de simbolismo, transformó la
mente de los alemanes.
“Solo
Hitler era capaz de atraer multitudes a los discursos y mítines del partido”.
(Wikipedia, la enciclopedia libre. Clave: ascenso de Adolf Hitler al poder).
La
mayoría del pueblo alemán se adhirió a todas las ideas del nazismo y de su
Nuevo Orden: supremacía de la raza aria, nacionalismo, antisemitismo, expansión
del territorio alemán, fascismo, rechazo a la democracia, anticomunismo, etc.
Su carisma y poder verbal le llevó a ganar las elecciones en 1932-33, y a
establecerse como canciller imperial; en 1934 se autoproclamó Führer (líder). Toda
la sociedad aplaudió sus iniciativas bélicas, su programa político, social, educativo…,
incluso iniciar la Segunda Guerra Mundial. Este personaje histórico es un
ejemplo en el uso del talento de la oratoria y la propaganda para manipular la Esencia
dormida, e influenciar a las masas sin discernimiento.
“Habiendo
obtenido el poder político que necesitaba, Hitler llegó a obtener el apoyo y
convencer a la mayoría de los alemanes de que él era su salvador ante la
economía derivada de la Gran Depresión, el comunismo, el judeo-bolchevismo, y
el Tratado de Versalles, junto con otras minorías indeseables”. (Wikipedia,
la enciclopedia libre. Clave: Adolf Hitler).
La
Historia ha permitido a muchos seres humanos de todas las latitudes destacar
por la elocuencia y la persuasión de su palabra. Esto significa que el verbo
encierra un poder que la gente ignora. Una persona puede usar el aspecto
creador de la palabra, y lograr convencer, animar, aconsejar, instruir, advertir,
ensalzar, honrar, defender…, a otra o a un colectivo. De este modo, el verbo
construye, salva vidas, impide sufrimientos, ahorra frustraciones, fatigas, desengaños…;
está al servicio de la humanidad, la verdad, la justicia…; se distingue por su
sabiduría, amor, e inspiración. Contrariamente, la palabra puede expresar su
vertiente destructora: herir, humillar, atacar, criticar, agredir, menospreciar,
engañar, manipular…, al prójimo. De esta manera, el verbo confunde, origina
incertidumbre, dolor, malentendidos, desconfianzas, induce a la segregación, al
error, al conflicto… En estos casos, la herramienta del verbo se pone al
servicio del ego, de una personalidad desequilibrada, e identificada con el
subconsciente. Esto acarrea la degradación de esta facultad de comunicarse,
donde se desvanecen los valores humanos y la dignidad de la Esencia. El
autoconocimiento enseña que el estudiante precisa despertar su conciencia a la
palabra como elemento fundamental de comunicación, y al poder que esta
encierra.
La palabra integrada en los tres cerebros
Cuando
el sujeto habla, debería usar los tres centros neurálgicos o cerebros. La
palabra precisa ser primero pensada, función intelectual; después sentida,
función emocional; y finalmente, ejecutada, función motora. La conciencia del
verbo implica que exista una coherencia en el proceso de su concepción y
emisión.
La
palabra y el intelecto
Es necesario recordar que la palabra emitida son sonidos articulados, los
cuales forman un signo lingüístico (significante), y este último se registra en
la mente como un concepto (significado). Ni el significante ni el significado,
son el objeto ni la realidad al que ambos hacen referencia. La palabra, tanto
hablada como escrita, es un símbolo, y cada lengua o idioma integra un código
con sus reglas lingüísticas.
Se
expone un ejemplo sencillo. La palabra castellana escrita “mesa”, pronunciada con los sonidos /m/+/e/+/s/+/a/, se distingue
en el centro racional como un concepto, cuyo significado en el diccionario RAE
la define como: “mueble, por lo común de madera, que se compone de una o de
varias tablas lisas sostenidas por uno o varios pies, y que sirve para comer,
escribir, jugar u otros usos”.
Todos los hispanohablantes cuando escuchan la palabra “mesa” comprenden a qué objeto se refiere. No obstante, cada sujeto
se imaginará o pensará en su pantalla mental, una mesa distinta, aunque todas
tengan los mismos rasgos generales o ideales. Esto indica que la palabra y el
concepto que esta acarrea, son siempre un símbolo, gráfico o acústico, el cual
alude a una realidad, y en su defecto a una fantasía. Por ejemplo, la
afirmación: “los trenes vuelan”,
aunque los trenes son objetos que existen, es una fantasía aseverar que vuelan.
En consecuencia, la palabra sirve para comunicarse entre
individuos, o consigo mismo. Cuando una persona piensa, ¿qué hace? Asocia, valora,
califica, compara, contrasta…, pensamientos, ideas, elabora juicios, etc., atrae
sobre su pantalla mental, conceptos alojados en su memoria. En realidad, pensar[10]
es usar significados (conceptos), por medio de significantes (palabras), y establecer
una charla interna, la cual la dirige a sí mismo o a alguien que él se imagina,
es decir, habla sin articular las palabras. Normalmente, un individuo no razona
escribiéndose una carta mental, y si lo hace para fijar ciertos puntos
importantes, los visualiza nombrándolos.
Desde la perspectiva intelectual, los idiomas y las
palabras que lo componen, serán una herramienta del pensamiento y de la
comunicación más o menos perfecta; pero el buen o el mal conocimiento del
mismo, no hace al sujeto más o menos inteligente o consciente. El manejo de una
lengua es, sobre todo, una cuestión de educación de la función racional, aunque
se precise cierta inteligencia para aprenderlo. Así mismo, un idioma con
respecto a otro, tampoco afecta a la capacidad cognitiva de la persona; una
lengua puede dificultar o facilitar la expresión del individuo o cómo pensar,
por ejemplo, un hecho, pero no cómo aprehenderlo. Esto indica que la conciencia
y la comprensión de la realidad, no dependen del idioma que uno habla, y solo afecta
al modo de cómo establecerla en la mente, si hay identificación con la
personalidad o el ego.
Por ejemplo, una persona puede observar cómo varios sujetos
usan de forma distinta una mesa, y desconocer la palabra (significante), o
nombre común que le atribuye el idioma. Esta ignorancia intelectual de la
palabra, lo incapacita para conceptuar el signo lingüístico (mesa), pero no le
impide preservar la imagen, o registrarlo en la memoria con otras palabras que
la definen. El individuo no sabe el nombre del objeto donde la mayoría de los
occidentales comen, por ejemplo, pero su capacidad cognitiva de la realidad de lo
que es la mesa, no queda restringida por ello. Esto sucede siempre que uno
aprende un idioma; desconoce la palabra “mesa”
en ruso y, por lo tanto, no puede pensarla, ni expresarla oralmente, ni
reconocerla cuando un rusoparlante la articula, pero sabe lo que es.
El centro intelectual es mucho más eficaz, si el alumno
domina el idioma que habla, porque le agiliza la comunicación con los demás y
consigo mismo. No obstante, la dignidad depositada en el pensar, su uso
inteligente, y de cómo este se expresa a los demás, no dependen del idioma ni
de su conocimiento, sino de la conciencia de quien lo edifica. Un sujeto puede
gozar de escasos recursos lingüísticos, pero ser amable y hablar con valores
humanos.
La construcción del pensamiento y su expresión, se originan por el factor
que controla en un momento dado, la función racional. Estos agentes pueden ser:
la Esencia, la personalidad o, el ego.
Desde el autoconocimiento, la importancia de la relación
palabra-intelecto, se halla en qué factor psicológico emplea esta función. El
factor psicológico determina el estado de conciencia y, en consecuencia, cómo
se usa. Si la Esencia es la que maneja y concibe el pensamiento, y después lo
exterioriza, puede que sea torpe su expresión lingüística, pero será cálida y
humana. Esto es lo que les ocurre a los infantes de corta edad, hablan con pocos
recursos idiomáticos, pero la belleza de sus palabras muestra pureza, inocencia
y sinceridad.
La personalidad emplea el intelecto, tanto para razonar,
charla interna, como para hablar, por medio de patrones de tipo: familiar, social,
religioso, ideológico, regional, cultural…, creados por la experiencia o el
aprendizaje. El verbo de este factor se caracteriza por distintas expresiones.
A continuación, se comentan algunas de ellas como ejemplo.
La
palabra dirigida por la personalidad adopta expresiones basadas en intereses propios,
motivada por el egocentrismo, es decir, uno habla de sí mismo, de lo que
piensa, siente, hace; busca ser el centro de la conversación, atraer la
atención, posturea, etc. También, el verbo controlado por este factor muestra
su hedonismo, comenta aquello que le gusta o no; desvela su escepticismo,
credulidad, ilusión, fantasía, frustración… La personalidad se comunica con un
valor identitario, necesita marcar en muchos casos diferencias con respecto a
los demás. Por otro lado, precisa elaborar un sentido de pertenencia a una
estructura social, familiar, cultural, época, música, saga cinematográfica,
etc. Esto atrae elementos gregarios a la personalidad en su forma de pensar y
hablar, donde se imitan ciertos modelos, argot, rasgos idiomáticos, asentados
en ideologías, sistemas de pensamiento, filosofías de vida, etc. Por ejemplo,
la jerga vinculada a las nuevas tecnologías, el Internet, las redes sociales…,
los giros de la lengua en clave feminista, los eufemismos políticos,
económicos, etc.
“Los
partidos tradicionales han llegado, incluso, a calificar el déficit económico
como -crecimiento negativo-… ¿Hasta cuándo vamos a aguantar tantos juegos
lingüísticos?” (José Manuel
Mingo Jiménez. El País, Opinión. Eufemismos políticos. 17 Julio 2018).
En muchas ocasiones, la personalidad habla por hablar;
para romper el silencio, establece conversaciones huecas, donde la comunicación
está vacía de contenido. Siente el impulso de comentar cuestiones
superficiales, se discute sobre asuntos intrascendentes, se opina de todo, se repiten
las mismas anécdotas, se critica, se habla con hipocresía, ironía, se miente, etc.
Contrariamente, las jóvenes generaciones sumergidas en las nuevas tecnologías,
móvil en mano, envían continuamente mensajes, fotos, videos…, a amigos a través
de las redes sociales, para mostrar a los demás qué hacen, dónde están... No
obstante, apenas hablan con la gente que se halla a su alrededor. Con el paso
de los años, el verbo está perdiendo el sentido de la cercanía, de hablarse cara
a cara; participar en tertulias presenciales de amigos e intercambiar, compartir,
ideas, sentimientos, experiencias donde el objeto de atención es la palabra.
En ambos casos, se parlotea mucho, pero el sujeto
comunica poco.
Todos estos aspectos psicológicos, y muchos más, emergen
por el estado de identificación que la personalidad despliega consigo misma;
esta es la referencia de la existencia que, hasta el momento, labra a través de
los surcos de sus vivencias. Este factor psicológico manifiesta un verbo que
aglutina sus características principales: subjetividad, relatividad,
automatismo, y falsedad en el sentido que se autoengaña, entre fantasías e
ilusiones. La personalidad es un centro de gravedad psicológico falso, en
consecuencia, no transforma correctamente las impresiones, lo que conlleva una percepción
errónea de la realidad. Esto acarrea una concepción, atribución de conceptos, manejo
de los datos que recibe y pensamientos, que se impregnan de estas mismas
propiedades. Toda esta estructura mental entorpece enormemente la comunicación
entre los seres humanos, porque la conciencia del sujeto duerme.
El estudiante no suele observar estos rasgos de su
personalidad en el modo de relacionarse, pero lo advierte en los demás, por
esta causa se precisa atraer plena atención a esta realidad psicológica.
Los rasgos de la palabra que el ego despliega son más
evidentes, ya que expresan una hipnosis aguda, fuerte, densa…, en la mayoría de
los casos. El verbo del ego es inestable, irritado, impreciso, amenazante,
vulgar, irresponsable…, genera una comunicación poco constructiva, reflejo de
lo que ocurre en el centro intelectual.
Desde
el ámbito de la conciencia, la palabra elaborada en la función racional, y que
se transmite a los demás, se construye desde la sensatez y la sinceridad. El
poder de la palabra se gesta a partir de principios objetivos y valores humanos.
El verbo consciente despliega lucidez, discernimiento, comprensión, se
fundamenta en hechos o realidades, y se concentra en busca de soluciones, es práctico.
Su comunicación se inspira en compartir, integrar; es inclusiva, honesta,
esperanzada…; atrae todos los valores de humanidad que precisa el instante y la
situación.
La
palabra y la emoción
En el centro emocional, el verbo adquiere un “aspecto relacional”, es decir,
establece una conexión o, contrariamente, aversión con la persona que uno
comunica. Esto significa que la palabra posee una dimensión afectiva. En muchas
ocasiones, el sujeto está ausente a esta característica y, en consecuencia, no
valora la carga emocional de sus palabras, ni del efecto que estas producen en
la psiquis de los demás. Esta falta de conciencia en el verbo, resta
efectividad al mensaje que el alumno anhela transmitir o compartir con su
interlocutor. En el momento de dirigirse, atraer la atención o intercambiar
información con alguien…, el plano relacional se halla en el centro de la
comunicación. Este aspecto se vincula con el “cómo uno habla”, expone sus ideas u opiniones a los demás.
Toda comunicación suele acarrear una carga emocional, la
cual depende del estado psicológico, y se asocia al factor Esencia,
personalidad o ego, que se expresa en ese momento. Por ejemplo, si la
personalidad está preocupada, o aloja una emoción negativa, el verbo refleja
este estado interior y, normalmente, lo condiciona.
La
Esencia vive el instante, es entusiasta, emana bienestar, en ella se asientan
múltiples valores humanos que se hallan en estado latente. No obstante, cuando
este factor se halla presente en la psiquis, los expresa en las distintas
funciones. Esto conlleva que su palabra se exprese de modo llano, sin
artificios, sencillo, espontáneo, natural, transparente…, reflejará su
naturaleza. La Esencia edifica una comunicación fluida, con el corazón, es
decir, un estado emocional amable, jovial, e intuitivo.
“¿Qué
son las palabras si están vacías de ideas? ¿Qué son las ideas hermosas si están
vacías y no corresponden a un hecho? Si quieres ser grande, abre tu ciudadela
que es inexpugnable y virgen, y que a su alrededor el amor haga una muralla y
el odio una mortaja”. (Gandhi).
En la función del sentimiento, la personalidad se rige
por estados emocionales de satisfacción o aceptación, insatisfacción o rechazo,
e indiferencia. Esto significa que la palabra queda impregnada por este tipo de
sentimientos. De este modo, la comunicación se convierte en una acción
circunstancial y relativa, dependiendo de si la situación le conviene, gusta, favorece…
Entonces, aparece la sonrisa, la palabra relajada, chistosa, animosa, generosa,
etc. Sin embargo, si los eventos, o el interlocutor no va en el mismo sentido
de los intereses de la personalidad, nacen las emociones negativas, se habla
con estrés, desdén, se levanta la voz, la cual refleja frustración, decepción…
En este caso, la comunicación es espinosa, penosa, incluso hiriente.
Finalmente, la indiferencia es un estado emocional inerte de la personalidad.
En efecto, es una expresión distante, sin la atención debida a la persona a
quien uno habla; hay poco o ningún sentido relacional, donde se carece de sentimiento.
La indiferencia genera una locución mecánica, de trámite, etc. En muchos casos,
se confunde la indiferencia con actitudes de enfado, donde el sujeto está
herido, y muestra en su actitud desinterés y apatía. En realidad, el individuo
no es indiferente, sino que quiere parecerlo. En el plano psicológico, hay una
emoción negativa que está siendo boqueada. Indiferencia es el trato que la
personalidad otorga a quien ella considera inferior, o sin importancia, por
ejemplo, a alguien que le sirve, que está a sus órdenes, a un sujeto que
realiza una función o labor trivial, etc. Indiferencia es cuando alguien habla
a otro y no lo mira, y si lo mira no lo ve, es como si estuviera solo.
El ego crea estados emocionales idénticos a la naturaleza
de la personalidad, pero son más extremos, puesto que son la expresión del
subconsciente, y el grado de identificación es mayor. Esto implica una palabra
que se llena de emociones, o de silencios. Cuando se cumplen los deseos, o se
tiene la ilusión de conseguirlos, acarrea un verbo alegre que obedece a una
emoción de la misma índole; si los planes no se plasman, o la fantasía del ego
se derrumba, conlleva la reacción contraria, el verbo es secuestrado por las
emociones inferiores y la frustración. Por otro lado, el silencio bloquea la
comunicación entre las personas debido al control que sus egos ejercen sobre
ellas.
Desde el autoconocimiento, el aspecto relacional de la
palabra y, en consecuencia, su base emocional precisa ser advertidos y
ejercidos por el estudiante. Es necesario despertar la conciencia, al hecho que
comunicar con los demás es un bien, es propio de la naturaleza humana. Si dos
personas hablan entre ellas, lo hacen de corazón y con lucidez, sintiéndose
Esencias, comparten, se extiende el perfume de la concordia, se respira
amistad, simpatía, ternura.
Ser amable con el prójimo, sentir aprecio por él; hablar
y escuchar, aunque sea un adversario, es un acto de inteligencia práctica. Para
ello, se requiere estar presente a los demás, a sus palabras y a las nuestras,
y ser conscientes de que existe un vínculo más allá de la mente. Nuestra
dignidad, respeto, amor, inteligencia, paciencia…, todo lo que uno es como “Alma Humana”, es decir, nuestros
valores de humanidad, están siendo puestos a prueba. El control y la conciencia
del verbo, indican el dominio y la madurez que el alumno ejerce sobre su
psiquis. Si hay descontrol de la palabra, también hay desorden interno. En toda
conversación, el individuo precisa crear una “atmósfera psicológica” de comunicación, entendimiento, e
integración; esta es su responsabilidad. Igualmente, esto implica que uno se
haga comprender, hablar con claridad, sinceridad, discernimiento, y sensatez,
no imponer criterios, sino desplegarlos. El ambiente psicológico nace de un
verbo amable, sensible, considerado, respetuoso y que conserva la dignidad.
Ambos aspectos, sensatez, elaborada en el centro racional, amabilidad, nacida
de la función emocional, concretan una palabra coherente y justa, construida
desde la conciencia. Comunicar y compartir ideas, opiniones…, no acarrea
forzosamente que estas sean convergentes o afines, es escuchar con cortesía y atención,
lo que los demás piensan y sienten sobre algún tema. La aportación del
interlocutor será enriquecedora o no, descabellada o no…, pero solo le incumbe
a él, del mismo modo que nuestras ideas solo le conciernen a uno. Finalmente,
la comunicación puede ayudar o no a la toma de decisiones, pero en todo caso,
toda resolución que el sujeto adopte es soberana porque él es el único
responsable de sus efectos.
Por ejemplo, en ciertas situaciones es necesario apelar a
la firmeza, pero este pilar precisa ser equilibrado con el pilar de la
amabilidad. Se despliega el caso donde un padre requiere llamar la atención de
su hijo sobre una acción incorrecta, irrespetuosa, peligrosa…, de este último.
Este tendrá que fijar con claridad el mensaje que anhela transmitir a su
descendiente, basarse en los hechos, ser comprensible, desprovisto de artificio
o signos contradictorios; se trata de establecer una relación y ambiente psicológico
favorable al propósito de comunicar y compartir. Preguntarle sobre las posibles
consecuencias de su acción; si fuera necesario atraer su atención en una
versión distinta a la suya de esos efectos, los cuales él no observa o no quiere
aceptar; una conversación inclusiva dirigida hacia la solución. No obstante,
este proceso de la firmeza en las conclusiones, siempre precisa estar
acompañado de un estado afectivo de entendimiento, amabilidad, valores de
paciencia, tolerancia con respecto a sus actitudes, que en muchos casos son
provocaciones. De este modo, el adolescente aunque no admita las decisiones o
soluciones del padre, él no se sentirá rechazado, sino que el mensaje en su
aspecto emocional, muestra que la conversación se centra en su acción, no en él;
el padre no juzga al chico, sino a su conducta; es firme con respecto a esta,
pero amable, digno y respetuoso hacia su hijo.
El
aspecto emocional de la comunicación, también se vincula a la escucha. La
escucha consciente es un tema fundamental en el desarrollo interior, y se
estudiará más delante de modo práctico en el curso.
La
palabra y su concreción
La palabra inicia su recorrido en el centro intelectual,
pasa por la función emocional, y es ejecutada por el cerebro instintivo-motor-sexual,
donde termina su trayecto. El centro motor se encarga de concebirla oralmente,
la hace efectiva. El hablar es una acción que se aprende, y se hace instintiva,
del mismo modo que uno aprende a conducir. Un niño se esfuerza en la
pronunciación de las palabras para que los sonidos que la forman se concreten
debidamente. La articulación de una palabra acarrea una gran cantidad de
movimientos de la garganta, cuerdas vocales, labios, lengua, dientes y toda una
coordinación entre ellos. Esta habilidad se concreta en un hábito cuando se
hace instintiva. Igualmente, el centro motor se encarga de la dicción, del
hablar con claridad, de la fluidez o cadencia de las palabras, la cual no sea
ni demasiado lenta ni rápida, del volumen de voz adecuado, de evitar la monotonía,
el titubeo, la vacilación, etc. A esto hay que sumarle los significados de los
tonos, volumen y timbre. Normalmente, el sujeto ajusta estas propiedades del
sonido para comunicarse con los demás, dependiendo de a quien, qué mensaje,
dónde, en qué circunstancia…, se habla. No se utiliza el mismo tono, ni
volumen, con una persona mayor, un amigo, una relación sentimental, un niño,
etc.; si se habla en intimidad, en público, en privado, con un hijo, informar de
una noticia alegre, triste, etc. El ejercicio del verbo y las características
de la comunicación, poseen muchos matices que se modulan con el centro motor.
La
capacidad vocal, el poder o la fuerza de la voz de una persona, también posee
un vínculo con la función instintiva, y la energía sexual. Cuando el niño
alcanza la pubertad, su voz se transforma; esto es debido al cambio hormonal
que se opera en su organismo, y en particular en la laringe. Esto indica que
existe una relación directa entre la laringe y el sexo. Ambos pueden crear. La
voz tiene la facultad de gestar y transmitir conocimientos, comprensiones y
experiencias que nacen en la conciencia, los cuales pueden ser útiles a las
demás Esencias.
“Este
crecimiento es muy marcado en la mayoría de los varones, cuyos altos niveles de
testosterona producen primero quiebres en la voz y luego la tornan más grave y
estridente, y favorecen el desarrollo de una protuberancia laríngea llamada nuez
de Adán". (Shaylin A. Schundler. TED-Talk Edition. ¿Por qué cambia
la voz con la edad?).
El poder de la voz, está detrás de sus logros, en la
medida que esta transmita sensatez, y afabilidad. Por esta causa, la palabra
crea en la mente y el corazón de los seres humanos: tanto esperanza, fe, amor,
ansias de libertad, verdad, justicia…, como sus antítesis.
Otro aspecto que liga los centros, instintivo y motor,
con la palabra son los gestos, el lenguaje corporal, y la comunicación no
verbal. Cuando uno habla o escucha, no solo lo hace con la garganta y los
oídos, sino que lo hace con todo el cuerpo. Desde la perspectiva de la
comunicación, es importante estar atento a cómo este se mueve, uno observe
estos movimientos, y los pueda controlar con su conciencia y voluntad. La
palabra es acompañada con las manos, los gestos de la cara, el movimiento de
los ojos, las posturas que uno adopta… Este lenguaje corporal precisa ser
coherente con lo que se dice, evitar contradicciones entre la comunicación no
verbal y el sentido de nuestras palabras.
Esto incumbe al modo de escuchar, el cual requiere ser
activo. Escuchar es una presencia de todo el cuerpo, no solo de los oídos. La
atención plena se halla igualmente, en la mirada, la postura, la expresión
facial… Toda la persona está concentrada en lo que su interlocutor anhela decir,
y capta qué significado tiene para ella la información transmitida.
Así mismo, en el centro motor, la palabra elaborada por la
personalidad, se estructura en el plano psicológico como un hábito, es decir,
se expresa de forma mecánica. Mucha gente habla sin pensar en lo que se dice,
su palabra es locuaz, o parla de modo recurrente, cuenta las mismas historias,
anécdotas, se repite… Toda palabra también se acompaña de gestos y ademanes.
Otra costumbre que caracteriza este binomio personalidad-verbo es levantar la
voz, cuando el asunto o la conversación no siguen el itinerario previsto, y se
empieza a discutir. Aquí hay que incluir la inercia de interrumpir a los demás,
dejarse llevar por la emoción, hacer comentarios jocosos, etc. Todas estas
actitudes son propias de este factor psicológico, las cuales minan la comunicación.
El ego, desde la perspectiva del verbo y de la función
motora, se distingue por la recurrencia, la cual refleja el estado de hipnosis
que acarrea en los centros racional y emocional. Este factor difícilmente se
comunica correctamente con los demás, más bien, es un obstáculo en las
relaciones interpersonales. Del mismo modo que tampoco facilita la escucha.
En
general, el manejo del verbo de una persona constituye una especie de carnet de
identidad psicológico. Su manera de hablar dice mucho de ella. Muestra su
educación, estudios, sensibilidad, sensatez…, en definitiva, sus valores de
humanidad. Por esta causa, el alumno precisa despertar a todas las
peculiaridades de la palabra. Requiere observar cuidadosamente cómo se
relaciona con ella, la cual marca la base de su comunicación y de las
relaciones interpersonales. Muchos psicólogos atraen la atención de esta
herramienta como una habilidad social. El autoconocimiento enseña que el verbo
es un indicativo que define la realidad física, psicológica y ontológica del
individuo. Tanto la Esencia libre y embotellada como la personalidad, se
expresan continuamente a través de ella. No obstante, el estudiante apenas es
consciente de qué factor se adueña de ella, ni aprehende la responsabilidad que
acarrean estos factores en determinar las habilidades o los defectos de nuestra
comunicación.
La creación a partir de la vibración o el sonido
en las civilizaciones antiguas[11]
El
carácter del estado vibratorio, tanto de la materia como de la energía,
entendido como sonido, fue advertido por varias civilizaciones antiguas, las
cuales le asignaron la causa de la creación. La intuición de estos pueblos
trasladó sus comprensiones a alegorías y leyendas, las cuales viajaron a través
de las generaciones elaborando sus mitologías[12].
“La palabra fue la que dio vida a este
universo; la palabra sostiene a este universo. El Logos suena... El Logos es
música, y la música también es esférica y fluye en todo el panorama cósmico”. (Samael Aun Weor. Conferencia. El
secreto de Quetzlcoatl).
Los
griegos asimilaron la creación al Logos. Este vocablo es muy extenso en
significados debido a los distintos contenidos que los antiguos filósofos helénicos
le asignaron. La definición de Logos más concreta, y en armonía con el
autoconocimiento, la aportó Heráclito (544 a. C. - 484 a. C.). Este filósofo
fue uno de los primeros en servirse de este término para explicar la creación,
sus propiedades, y su relación con el ser humano.
“Este
mundo, que es el mismo para todos, no ha sido creado por ninguno de los dioses
ni de los hombres, sino que fue siempre, es y será fuego eternamente vivo que
se enciende según un orden regular y se apaga según un orden regular”.
(Cita de Heráclito en Filosofía. Vol. III: Ética, política e historia de la
filosofía (I). Profesores de Enseñanza Secundaria).
Según Heráclito, la creación está regida por el Logos.
Este último se manifestaría en todo el universo como un fuego vivo, cuyo seno alberga
las leyes y las proporciones que tutelan su propio movimiento y transformación.
Este devenir continúo vibra. Para este sabio, Logos es causa, substancia, y
principio rector del universo y de la armonía que lo sustenta, el cual se halla
también presente en el Hombre por ser parte de la creación. En consecuencia, muchos
filósofos griegos de épocas y escuelas posteriores, asimilaron el término Logos
con varios matices de significado: inteligencia, palabra, pensamiento, ciencia,
proporción, ley, lógica, razón.
Todas
estas acepciones del término Logos atribuidas al ámbito humano poseen su raíz
en el Logos creador. ¿Qué relación tiene, entonces, el Logos con el sonido? El
fuego vivo de Heráclito, es la energía en todas sus manifestaciones. El término
“fuego vivo” es una alegoría de la
energía que está presente en todo el universo, y lo constituye. La energía oscila,
y su forma de manifestarse son las ondas, sean estas electromagnéticas,
luminosas, gravitacionales, etc.
“El
cambio, el devenir, está regido por el logos. El logos regula el devenir como
una ley inmanente al mundo[13]”.
Para los griegos, Todo era el Logos, era vibración, lo
que existía desde el principio. Este Logos, igualmente, se halla en el Hombre
como inteligencia o conciencia, el cual se manifiesta en la mente como pensamiento,
razón, palabra o conocimiento.
Por
otro lado, los primeros cristianos helénicos, asimilaron este Logos al Dios
hebreo Jehová. De este modo, en el evangelio de San Juan, en su traducción al
latín, se asocia Dios al verbo.
“En
el principio era el Logos, y el Logos era con Dios, el Logos era Dios[14]”.
(Evangelio de San Juan en griego, 1. 1).
Esta alusión al Verbo identificado con el Dios del Antiguo
Testamento, devuelve el origen de la creación a su carácter vibratorio.
Dentro de la extensa mitología hinduista, existe un mito
del dios Shiva[15],
quien es llamado el danzante cósmico, Señor de la Danza o Nataraja. La
representación de este dios es particularmente significativa en la relación
existente entre el sonido y la creación.
Shiva,
danza dentro de un círculo de fuego, el cual alude a la energía generadora del
universo, donde él es la causa de su expansión con su movimiento. El baile
simboliza la vibración definida por el ritmo y sonido que marca el tamborcillo
que sostiene en una de sus manos. Sobre la palma de otra mano, muestra una
llama que alegoriza la luz, la vida, y la conciencia que ordena la creación.
Las otras dos forman parte de la posición de la danza junto con sus pies. El
pie derecho se apoya sobre un ser deforme, en el plano cósmico hace referencia
al caos, la energía base que se transforma continuamente. Sus cabellos muestran
diferentes atributos y habilidades de este dios. Sobre la frente se visualiza
el chakra ajna, y sobre la cabeza se representa el chakra de la glándula
pineal.
“Shiva
danzante representa el alma universal y eterna que irradia toda energía, en
particular como símbolo del fuego destructor y creador. Este baile continuo
engendra la sucesión de días y noches, el ciclo de las estaciones, y del
nacimiento y la muerte. Finalmente, su energía causará la destrucción del
universo, y luego nacerá de nuevo. Esta danza de la creación del mundo
simboliza el proceso del eterno retorno”. (Wikipedia, la
enciclopedia libre, en francés. Clave: Shiva).
Por
otra parte, la tradición azteca cuenta con un monolito conocido como “Piedra del Sol o Calendario Azteca”, el
cual aporta cierta luz sobre el mito de los dioses creadores. Esta piedra ha
sido motivo de estudio desde su redescubrimiento en 1790. Trata sobre la
leyenda del Quinto Sol, refleja los conocimientos astronómicos y el calendario
de los Mexicas.
“La
Piedra del Sol sería una representación de ese movimiento-arquetipo del tiempo.
En este monumento encontramos representada simbólicamente la concepción dual
del movimiento de energía como un disco solar dividido en dos hemisferios
delimitados cada uno por una xiuhcoatl[16]”.
(Alberto Aveleyra. “Ometeotl y Tonatiuh, aproximación a la concepción de lo
sagrado entre los mexica”. Cap. La Piedra del Sol y la unidad manifestada como
energética de dos fases).
El
monolito está formado por círculos concéntricos. Cada uno describe un elemento
ligado a su cosmogonía. En el centro se distingue a Tonatiuh[17],
el dios del Quinto Sol, quien simboliza al Ser responsable de la creación
presente en nuestros días. Este aparece junto a los atributos del dios de la
Tierra, Tlaltecuhtli.
“En el círculo central se representa el
dios solar Tonatiuh con su radiante cabellera amarilla; de entre sus labios
emerge un cuchillo de obsidiana, que es la representación del verbo”. (Samael Aun Weor. Conferencia: “El
calendario azteca”).
En el siguiente círculo se muestran los cuatros dioses
creadores anteriores. Todos ellos representan eras o épocas. Tonatiuh alude al
sol de la unión de los opuestos[18],
y este crea a través de su palabra, lo cual se aprecia por la lengua en forma
de cuchillo que sobresale de su boca. Los dos siguientes círculos hacen
referencia al calendario ritual, divisiones de los meses y días que conformaban
el año sagrado, compuesto por doscientos sesenta días. La inserción del tiempo
corresponde al ordenamiento de los procesos que tienen lugar en toda creación.
Finalmente, el último círculo está formado por dos serpientes de fuego, las
cuales se confrontan en la base de la piedra, y alegorizan el despliegue de la
energía creadora del universo en su aspecto dual.
Esta breve explicación de la obra, se centra en el hecho de que la palabra
es el núcleo del inicio de la creación por causa de un dios solar. Tal como
ocurre en diversas civilizaciones, la vibración es el vínculo entre el elemento
iniciador del universo y la creación en sí misma. Es necesario tener presente
que el sol es símbolo de luz, calor y vida, esto es común a todos los cultos
solares de las civilizaciones antiguas, y alude al plano interno. La psiquis o el
alma del ser humano, precisa ser fecunda en vida espiritual, la cual se edifica
en base a la luz de su conciencia, y al calor o a el entusiasmo de su corazón.
En
la época antigua de la civilización egipcia, se atribuye la intervención del
dios “Khepera[19]”, y de la palabra a la formación del
universo.
“Me
llevé a mi propio nombre en mi boca como una palabra de poder, y de inmediato
surgió bajo la forma de las cosas que son y bajo la forma de Khepera”.
(Legends of the Gods. Los textos egipcios editado con traducciones por Ernest Wallis Budge. London : Kegan Paul,
Trench y Trübner & Co. Ltd).
Khepera,
Ra y Atum son tres estados del dios Sol. El primero es el sol de la mañana, el
segundo el del mediodía, y el último, es el sol de la tarde que se pierde por
el horizonte. Según el mito heliopolitano, todos ellos son creados por sí
mismos del Nun o caos, crean a las demás deidades, surcan el cielo, y se
renuevan todos los días. En realidad, estos tres dioses son uno, y tienen
asociados otros muchos nombres, que fueron cambiando en distintas épocas por las
influencias del culto y del poder político.
“Cuando
nada existía, el Uno ordena la creación a través del sonido de su voz. En el
“libro egipcio de los muertos”, se lee: “Soy el eterno… Soy aquel que ha creado
la palabra… Soy la palabra”. (Rafael Echeverría. “Raíces de sentido sobre
egipcios, griegos, judíos y cristianos”. Cap. El mundo según los egipcios. Pág.
66).
El
mito menfita atribuye la creación y el surgimiento del dios Atum, al principio
creador del dios Ptah. Este dios autoengendrado crea a todos los dioses fundamentales
del panteón egipcio por medio del pensamiento de su corazón, y la acción de su
palabra o lengua.
“Ptah-Nun el padre que [engendró] a Atum”.
Ptah el Grande que es el corazón y la
lengua de la Enéada”.
“Así
sucedió que el corazón y la lengua obtuvieron la supremacía sobre [todos] los
miembros [del cuerpo] de acuerdo a la doctrina que él está en cada uno de los
cuerpos y cada una de las bocas de cada uno de los dioses, de todos los
hombres, de todo el ganado, de todos los seres que reptan y de todo lo que
vive, pensando lo que desea y decretando todo aquello que anhela[20]”.
Todas
estas referencias a dioses creadores y a la palabra de los mitos egipcios, son
alegorías que atribuyen a diferentes fuerzas, o energías que vibran en el
espacio hasta concretar el universo conocido. Lo relevante es la intuición que este
pueblo reveló por medio de sus símbolos, los cuales colocaron en el centro de
sus creencias el valor del corazón, del verbo y de su función. De esta manera,
la palabra y su uso adquirieron una importancia que se extendió a su modelo de
vida, puesto que todos los seres humanos poseen corazón y lengua. Los faraones
gobernaban con el poder de su palabra. A través de sus mandatos, se aseguraba
el orden, la justicia, y los designios del pueblo. En el plano particular, esta
realidad se extendía a otros ámbitos como son: lo espiritual, lo familiar, lo
laboral… Todos los seres humanos son soberanos en ciertos ámbitos, y la ética de
su palabra les aporta legitimidad. Esto sigue de actualidad en nuestros días.
El mantra
“Pues
el cosmos entero, con todos sus dioses, sus planos y sus modos de ser, se
manifiesta en un cierto número de mantra: el universo es sonoro, del mismo modo
que es cromático, formal, substancial, etc. Un mantra es un símbolo en el
sentido arcaico del término: es al mismo tiempo la realidad simbolizada y el
signo simbolizante”. (Mircea
Eliade. Yoga, inmortalidad y libertad. Cap. Mantra Dharani).
El conocimiento de sí atribuye al sonido un valor
significativo. Por un lado, tal como se ha comentado en apartados anteriores,
la palabra es el elemento fundamental de comunicación entre los seres humanos.
Al mismo tiempo, la persona interioriza la palabra en conceptos en el centro
intelectual, elabora los razonamientos, y estos vislumbran su calidad humana y
lucidez. Este hecho atrae sobre el verbo una connotación singular en el ámbito
psicológico.
Por otra parte, el sonido produce un efecto sobre la
materia y la energía de un modo particular, afecta al propio organismo y a la
psiquis. La composición biomagnética del cuerpo físico, se levanta sobre la
base de campos de energía, como son los chakras, y los múltiples canales o
nadis que recorren la estructura orgánica[21].
En la antigüedad, se tuvo conciencia del poder del
sonido, y, en consecuencia, del verbo. De esta manera, nacen palabras, fórmulas,
oraciones, poemas épicos, míticos, alegorías…, que se trasmitían oralmente de
padres a hijos. La palabra formaba parte de la identidad de ese pueblo,
describía su historia, sus cultos, dioses y leyendas, y el modo de alcanzar
respeto, posteridad, honor, y dignidad entre ellos. La palabra en esos tiempos
describía y actuaba desde el ámbito de lo sagrado. Los antiguos pobladores de
la India, comprendieron el poder y la magia que la acción del sonido acarreaba
en las cuestiones espirituales, y le asignaron el nombre de “mantra[22]”.
En los primeros tiempos, el mantra inicia su función como
una herramienta litúrgica, en el ámbito del ritual o de la ceremonia, dedicada
al culto de una divinidad, o una acción espiritual. Por un lado, estos vocablos
o sonidos sirven para atraer fuerzas, estados psicológicos que favorecen la
interiorización, la concentración, y un estado de conciencia propicio a quien
los pronuncia. Por otro lado, condensan el poder del sonido por medio de su
frecuencia o nota síntesis, y proyección geométrica con el objetivo de ayudar, mediar
o alcanzar lo que el mismo rito se propone. Por ejemplo, en las celebraciones
religiosas, la coronación de gobernantes, el dictado de leyes…, se invoca,
protege, conjura, consagra, sella…, energías, objetos, actividades, personas,
etc. Los mantras, el baile y la música formaron siempre parte de acciones con
un propósito ontológico; fueron fundamentales en cualquier tradición religiosa
antigua, y siguen vivos en la actualidad. ¿Por qué? Estos mantras atesoran el
poder que les otorga el principio creador inmanente al sonido, el cual está
presente en toda la creación. El sonido como expresión del fenómeno de la
vibración, es un mediador en diferentes planos. Lo que se manifiesta dentro del
ser humano, más allá de lo biológico, en un sentido trascendente, es energía.
La conciencia, la mente, los sentimientos, la palabra, las mismas acciones, la
psiquis, el alma…, es energía, que vibra según unos principios y unas propiedades.
Por esta causa, la vocal “o”, cuando se pronuncia repetidas veces concentrado en el corazón,
y con el estado de conciencia adecuado, estimula y equilibra el ritmo cardiaco.
La articulación de la vocal “i”,
centrada en el entrecejo, ayuda a la circulación de la sangre. La letra “u”, vocalizada con atención plena en el
plexo solar, apacigua y equilibra la función emocional, etc. Estos efectos
físicos del sonido sobre el organismo pueden ser experimentados por sí mismo,
con paciencia y tesón, pero su influencia va más allá de lo orgánico. Todos
estos puntos, o ejes de referencia, tal como se enseñó en el tema anterior de
los chakras, son sentidos internos, vórtices de energía que extienden sus
efectos en el plano vital, psicológico y anímico. Esto significa que con la
vocalización de la letra “o”, también
se despierta la facultad de la inspiración y de la intuición; con la
pronunciación de la vocal “i”, se
estimula la atención, la observación, la concentración y la imaginación; con la
articulación de la vocal “e”, se refuerza las glándula tiroides y el aparado
auditivo, se estimula el oído interno; la música de los grandes clásicos, como
Mozart, Beethoven, Bach, Haendel, Vivaldi…, estimula la conciencia, relaja la
mente, inspira, entusiasma, sensibiliza el alma de la persona. Este es el
sentido del mantra, su poder, su magia, alcanza experiencias y acciones que son
imposibles para la actividad racional o física.
Los mantras, como ciertas oraciones, nombre de
divinidades antiguas, cantos, músicas, poemas…, constituyen un patrimonio
universal. Muchos de estos sonidos son reminiscencias de una lengua olvidada,
perdida, por el transcurso del tiempo, y el descenso del nivel de conciencia de
la humanidad.
Todas las lenguas gozan de sonidos que tienen cierto
poder de influencia, efectos concretos sobre animales o seres humanos. No son
palabras, propiamente dicho; estos signos lingüísticos no gozan de significado
o concepto estricto, ni están organizados sintácticamente.
Por ejemplo, el sonido “ssss…” se utiliza para dormir un recién nacido, mientras se le
balancea. “Sooo…” para que un
caballo, mula…, se pare; “arre” para
que inicie su marcha. “Pita, pita, pita…,
o piu, piu, piu…” para llamar a las gallinas o darles de comer. “Chisst” para que alguien se calle. “Ar”, como voz militar, que indica
ejecución.
Estas interjecciones[23]
o estos sonidos rudimentarios, serían usados desde tiempos inmemoriales por la
gente. Del mismo modo que palabras elementales como: agua, río, mar, fuego,
hogar, cielo, lluvia, sol, luna, calor, frío, nieve, invierno, verano…;
pronombres, los nombres de animales, plantas, árboles de su entorno, colores,
acciones primordiales, como comer, dormir, cazar, amar, odiar y un largo
etcétera de sonidos que se transformaron con la evolución de los pueblos: traslados,
conquistas, ser conquistados, integración, dispersión de sus miembros…; nuevas
necesidades, realidades, etc. No obstante, muchos de los sonidos o las palabras
que poseían una función espiritual, y gozaban en aquellos tiempos de una
componente mágica, sobrevivieron hasta nuestros días. Aunque, ocurre lo mismo
que con los sonidos anteriormente descritos, pues son semánticamente
equivalentes a una oración, o de significado complejo, ciertos sonidos y su definición
se conservan gracias a documentos escritos. Algunos ejemplos:
“Talita cumi[24]”, palabras pronunciadas por Jesucristo,
para arrebatar de la muerte a una niña. (Marcos 5. 41).
“Ábrete, Sésamo”,
fórmula mágica empleada en el cuento: “Alí
Babá y los cuarenta ladrones”, de la obra de “Las mil y una noches”. Este dicho procede de la tradición oriental;
se usaba para sobrepasar ciertas situaciones difíciles, en sentido figurado de
abrir puertas. Estos dos vocablos son un mantra para abrir los chakras,
principalmente realizando los ejercicios de lamasería o ritos tibetanos.
Pronúncielos mentalmente o en voz baja.
“Om”, se
considera el sonido primordial por la tradición oriental, de donde surgen todos
los demás[25],
unifica sus deidades más sagradas, alude a la unión de lo espiritual con lo
material, e integra los pares de opuestos presentes en la creación.
“Om mani padme hum”,
Esta serie de vocablos forma un mantra sagrado de los budistas, traducido como “la joya del loto”, cuya significación
adquiere una connotación trascendente de contenidos según sus enseñanzas.
“Hare Krishna”, es un mantra hinduista
que forma parte de una oración dedicada al dios Krishna. Esta evocación a la
divinidad de Krishna tiene su origen en los Vedas de la antigua India. El
sentido de este sonido es invocar los efectos beneficiosos que se atribuyen a
este dios, como energía de serenidad, pureza y lucidez de mente y espíritu. Los
devotos de esta tradición recitan este mantra con un baile, e instrumentos musicales
simples.
“Yo
soy la Santa Palabra, la Palabra eterna”. (El Bhagavad Gita. Cap.
10. Cita 25. Respuesta del dios Krishna a Arjuna).
“Amén”, palabra
hebrea, que significa “en verdad”, y
que se usa como aprobación, afirmación, o compartir lo dicho, en el sentido de “así es”. Este sonido se emplea en las
tres religiones monoteístas con una connotación litúrgica de “estar de acuerdo”, y se dice al final
de una oración. Esta palabra es equivalente a lo que se entiende por mantra.
Jesucristo lo repetía dos veces al inicio de algunas de sus intervenciones.
“Insha Allah”, indica “si dios quiere”, está en las manos de la
voluntad de Alá, usada en el islam. En castellano, se derivó en “ojalá”, si dios quisiera que algo se
cumpla, como un deseo o anhelo, en galaicoportugués, “oxalá”.
“Ha
pasado a varios idiomas como el indonesio, el malayo, el persa, el bosnio, el
turco, el urdu, el hausa, el bengalí, el inglés, el alemán, el español, el
portugués y a ciertos oradores franceses”. (Wikipedia, la
enciclopedia libre. Clave: Insha Allah).
Esta recopilación es una pequeña muestra de sonidos, entre
otros muchos, con un contenido semántico complejo, y que perduran a través del
tiempo debido al poder que todavía encierran.
La paleontología
lingüística[26],
tendrá gran dificultad en aseverar una lengua común y base de todas las que
surgieron más adelante. Esta lengua arcaica o, también conocida como protonostrático[27]
por ser original, posee en los foros científicos sus controversias. No
obstante, las distintas disciplinas vinculadas con esta compleja investigación
apuntan a que esta es la opción más plausible.
“Bien
es cierto que algunas conclusiones son provisionales, algunas opiniones muy
discutibles. Se necesitará mucho tiempo aún para que la genética, la
arqueología, la paleontología y la lingüística se pongan de acuerdo para contar
en los mismos términos la gran historia del hombre. Pero cuanto más avanza la
ciencia más cuerpo toma la idea de que el género humano es uno, y de que todas
las lenguas humanas pueden tener el mismo origen en un pasado no demasiado
lejano[28]”.
Ahora
bien, hoy en día, los lingüistas no dudan de la existencia de una relación
remota entre las lenguas que forman parte del entorno indoeuropeo (Indi, Persa,
Eslava, Celta, Germánica, Griega, Romance…), y afroasiático (Hebreo, Árabe,
Bereber…). Existen evidencias de una lengua madre de todas estas lenguas que se denomina “Euroasiática”, la cual sería la base lingüística de la mayor parte
de los idiomas del hemisferio norte, exceptuando el continente americano, y Extremo
Oriente. Esta lengua con un parentesco común se hablaría hace 6.000 años o más.
“La
existencia de un lenguaje originario común a la mayor parte de Europa y Asia,
de una supuesta “Babel” de la cual se desprendieron innumerables lenguas a simple
vista sin ningún parentesco entre sí, es hoy en día considerada una realidad
prácticamente indiscutible[29]”.
Esto
recuerda al mito de la “Torre de Babel[30]”. Esta antigua alegoría plasma cómo en
un momento de la Historia de la humanidad, los seres humanos en lugar de
integrar y compartir, prefirieron separarse y dispersarse ante las dificultades
de entendimiento. Babel significa confusión. Este mito cuenta la carencia de
conciencia del hombre que inicia proyectos, o se enfrenta a retos de gran envergadura
sobre una base ilusoria. Actualmente, el nivel de Ser de la humanidad es
similar al que se describe en el mito. Por ejemplo, la mayoría de la población
y de los gobiernos, anhela acabar con la contaminación del planeta. Sin
embargo, en los foros internacionales no se consiguen los acuerdos vinculantes,
ni la voluntad de acabar con esta lacra, la cual perjudica a todos los seres
vivos en la Tierra. Esto mismo ocurre con la deforestación, la sobreexplotación
de recursos naturales, el cambio climático, el hambre… Los dirigentes bienintencionados
proclaman edificar una torre que alcance el cielo, pero son constructores que hablan
lenguas distintas e incomprensibles entre ellos. Estos son incapaces de
alcanzar una acción conjunta y coherente que solucione estos graves problemas.
La relación entre sonido, palabra y mantra
El sonido proporciona una herramienta poderosa al ser
humano para trabajar sobre la psiquis, sobre energías que se mueven dentro de
él. Anteriormente se han mencionado los efectos beneficiosos, tanto físicos
como psicológicos, de la articulación de sonidos dirigidos sobre los sentidos
internos o los chakras. El mantra posee aplicaciones indispensables en la
práctica de la meditación. La vocalización de ciertos mantras, es una de las
técnicas más efectivas para relajar y adquirir el silencio de la mente. Existe
una serie de sonidos que ayudan al estudiante a reducir la actividad mental,
poco a poco, a que la psiquis se serene y recupere su equilibrio. Paralelamente
a la mantralización, es preciso que, en un mismo orden de importancia, uno se
concentre en la acción ejecutada, y despliegue suficiente convicción en sus efectos.
El escepticismo es un arma que el mismo subconsciente utiliza para reducir, o
diluir la efectividad de la técnica empleada.
Mantras como: “Gate, gate, paragate, parasangate, bodhi swaha”,
“Wu”, “s”, poseen el objetivo de la serenidad mental.
Otros mantras se relacionan con el ámbito ontológico,
atraen la experiencia de quién los ejercita de conectar con las partes más
internas del individuo, su “Auténtica
Realidad”. Mantras como: “Ra”, “Tum”, “Pander”, “Jah”, “Jeu”, entre otros. Estos se pronuncian
con el mismo estado interior que se recomienda en la práctica de la meditación,
y concentrado en el corazón.
Existen muchos otros mantras para distintas acciones
internas que se irán viendo según avanza el curso.
Los sonidos influencian, tanto la estructura biológica
como biomagnética del individuo, de distintas formas. La frecuencia de
vibración, intensidad, velocidad de propagación, cambios de ritmos de presión y
densidad, construcción de patrones geométricos, constituyen el poder que se
atribuye a los mantras de ordenar, ajustar, iniciar, desplegar, amplificar…,
las distintas componentes del ser humano.
El
sonido es el elemento básico de la palabra. El ser humano puede crear sonidos,
modular las palabras, y crear múltiples códigos lingüísticos para comunicarse
con los demás. El mantra son palabras, vocablos, que en muchos casos no poseen
un significado concreto. Es como la música; sus melodías no tienen un contenido
semántico, pero llenan de emociones a las personas y, en muchas ocasiones, alcanzan
lo más profundo de sus almas y de su Ser. El mantra participa de esta magia que
se concreta con estados de conciencia elevados, y con una mente serena, en
orden, receptiva. De este modo, la meditación se asienta en fases más
profundas; la experiencia trascendente y reveladora de realidades que se hallan
dentro del alumno, se despliega. La base del conocimiento de sí, florece con la
vivencia propia. Pero esta nace cuando el estado psicológico es adecuado, hay
entusiasmo, dinamismo de la Esencia, y la mente es el canal por donde esta se
expresa natural y espontáneamente.
“Así
pues, hay sonidos que no oímos que curan enfermedades, y hay sonidos que sí
oímos que han configurado nuestra historia, que contribuyen a la armonía de las
estructuras que construimos, que nos ayudan a navegar por el mundo natural, y
que crean fascinantes geometrías, que podrían encerrar las claves de otros
misterios”. (Documental “Magia
sónica”. Realizador: Jerry Thompson. Producción: Canadian Broadcasting Corporation).
Tabla de ilustraciones
1.- Cimática: patrones geométricos que se forman
con las notas del piano. De izq. a der. Arriba -A2, B2, C#2, D#2, F2, G2- Abajo
-A#2, C2, D2, E2, F#2, G#2-.
2.- “Resonancia con semillas negras sobre clavicémbalo
que forman figuras Chladni”, (2005). Autor: WikiRigaou. Localización:
Wikipedia, la enciclopedia libre. Clave: cimática.
3.- “Cicerón denuncia a Catilina”, (1889). Autor:
Cesare Maccari. Localización: Palacio Madama, Roma. Este fresco conmemora el
discurso de Cicerón en el senado romano cuando denunció la conjura que el
senador Catilina había preparado para hacerse con el poder absoluto. La
conspiración fue descubierta y desmontada a tiempo, esto ocurrió el 8 de
noviembre de 63 a. C. El senador empezó con las palabras, “¿Hasta cuándo
abusarás, Catilina, de nuestra paciencia?”
4.- Cartel
publicitario de la radio del pueblo, en alemán, “Volksempfanger“, (1936).
Los nazis se dieron cuenta
de las posibilidades que la radio ofrecía como medio de propaganda. Estos subvencionaron receptores baratos y simples
para distribuirlos a todas las familias alemanas. En poco tiempo, Alemania se
convirtió en el país con más radios de Europa.
El texto dice: “Toda Alemania escucha al Führer con la
Volksempfanger”
5.- “Orfeo entre los
animales”, (Siglo I a. C.). Localización: Museo Arqueológico Regional “Antonio
Salinas”, Palermo. (Foto: G. Dall' Orto).
Apolo (Dios solar, símbolo de la lucidez, la
conciencia iluminada) y Calíope (musa de la poesía épica y de la elocuencia) fueron
los progenitores de Orfeo. Según los antiguos relatos mitológicos, cuando este
tocaba su lira, las fieras se calmaban, y los hombres se reunían para oírlo y
hacer descansar sus almas.
6.- “Shiva, la danza cósmica”, (Siglo XI). Localización:
Museo Guimet, París.
7.- “El Calendario Azteca o Piedra del Sol”,
(1479). Localización: Museo Nacional de Antropología, ciudad de México.
8.- “Nun, dios de las aguas del caos, levanta la
barca del dios sol Ra hacia el cielo en el principio de los tiempos”. Localización: “The Complete
Gods and Goddesses of Ancient Egypt”. Pág. 117; Autor: Richard H. Wilkinson, pintura perteneciente al Libro Egipcio
de los Muertos de Anhai, (1050 a. C.).
En este papiro, Ra es representado,
tanto por el escarabajo como por el disco solar.
Lectura
“El concepto de Logos tiene, en Heráclito,
el significado general de medida y proporción. Esto implica que, para
Heráclito, el universo está dispuesto según un plan o medida que hace que todas
las cosas, aparentemente diversas, sean realmente una. El logos es quien
explica la existencia de tal coherencia que permite que las cosas, en
apariencias plurales, se encuentren en realidad unidas en un complejo coherente
del que los hombres mismos constituyen una parte. En este contexto, Heráclito,
tilda de almas bárbaras a todos aquellos que no son capaces de entender el
lenguaje de los sentidos, o que no pueden interpretarlo correctamente, sino que
se dejan engañar por sus manifestaciones superficiales. Al mismo tiempo, el
logos no es una mera idea sino el constitutivo real de las cosas, coextensivo
con el fuego[31], y, por tanto, elemento cósmico primario
lo que no quiere decir que Heráclito creyese, al modo de los milesios, que tal
principio era el origen de donde procedía todo. En Heráclito, el universo
siempre habría así y, en él, el fuego (identificable con el logos) es elemento
primario en el sentido de ser el responsable de que los elementos naturales,
aún siendo contrarios y enfrentados entre sí, funcionen de modo coherente y
equilibrado[32]”.
“Lo increíble de la música, es que no
existe fuera del cerebro. Una sola nota empieza cuando las vibraciones viajan
por el aire, lo que hace que el tímpano vibre, dentro del oído las vibraciones
se convierten en impulsos nerviosos que viajan al cerebro donde se perciben
varios elementos de la música, por ejemplo, tono y melodía. Cuando estos
elementos se recombinan, forman un patrón que reconocemos como música. En otras
palabras, el cerebro procesa los sonidos que creemos advertir en un todo
perceptivo que llamamos música.
…Durante
casi toda la Historia de la humanidad, la música y el baile han formado parte
de la misma actividad. Nunca ha existido la diferenciación que hacemos
actualmente… La música es movimiento para la mayor parte de los pueblos del
mundo, y durante la mayor parte de su Historia”. (Mi cerebro
musical. Directora: Christina Pochmursky. National Geographic Channel).
Película
“Tierra de ángeles”, (2004). Director: Kay Pollak. El film trata
distintos temas centrado en un pequeño pueblo donde se forma un coro en el seno
de la iglesia. El protagonista, famoso director retirado después de un ataque
cardíaco, anhela concebir una composición polifónica que alcance el corazón de
todo ser humano.
“El arte, en este caso la música y el canto, como
vehículo para sanar, para ser más feliz, para conectarse mejor con uno mismo,
con los demás y descubrir quienes somos. La película toca multitud de
temáticas, desde la violencia de género, el bullying, los prejuicios de la
sociedad, la cobardía, la hipocresía eclesiástica, los miedos personales, la
competitividad, el egocentrismo, la dificultad de las relaciones
interpersonales, la discriminación de personas con discapacidad... Y de igual
manera, aborda temas como la empatía, la aceptación, la libertad, la
cooperación, el apoyo mutuo, la escucha, el amor, la amistad, la tolerancia, la
valentía...” (WEB grupocrece.es/películas,
11 de septiembre 2016).
Documentales
“Magia sónica”.
Realizador: Jerry Thompson. Producción: Canadian Broadcasting Corporation[1].
Este documental muestra las aplicaciones que se derivan del sonido, y explica
el fenómeno de la cimática.
Este
video enseña claramente en qué consiste la cimática. Cymatics: Science vs.
Music. Nigel Stanford. https://vimeo.com/118805458
“Mi cerebro musical”. Realizador:
Christina Pochmursky. Producción: National Geographic Channel[2].
Este documental estudia, en el ámbito de la neurociencia, la capacidad creativa,
y los efectos de la música en el cerebro del compositor “Sting”. https://www.youtube.com/watch?v=CHrCZOxMVrw
“Gracias a una investigación llevada a
cabo por el neurocientífico, Daniel Levitin junto con el cantante y compositor
Sting, estamos más cerca de entender cómo trabaja el cerebro de un músico. Cómo
se generan hormonas y conexiones neuronales que dan pie a la composición y la
ejecución musical”.
(Presentación del documental en la página WEB de la cadena La 2).
Poema
En
la estrellada noche...
“En la estrellada noche de vibración tranquila
descorre ante mis ojos sus velos el arcano,
y al giro de los orbes en el cénit lejano
ante mi absorto espíritu la eternidad
desfila.
Ávido de la pléyade que en el azul rutila,
sube con ala enorme mi numen soberano,
y alta de ensueño, y libre del horizonte
humano,
mi sien, como una torre, la inmensidad
vigila.
Mas, no se sacia el alma con la visión del cielo:
cuando en la paz sin límites al cosmos interpelo,
lo que los astros callan mi corazón lo sabe;
y luego una recóndita nostalgia me consterna
al ver que ese infinito, que en mis pupilas cabe,
es
insondable al vuelo de mi ambición eterna”.
José Eustasio Rivera
La mayoría de los temas expuestos en este blog se hallan en estos dos tomos de esta obra, ampliados y corregidos. Más adelante, se editarán más volúmenes donde se desarrolla con más profundidad este curso de autoconocimiento y meditación, cuyos capítulos también se irán colocando en el blog.
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[2] “Un
movimiento ondulatorio es la propagación de un movimiento vibratorio, es decir,
la propagación de un movimiento periódico alrededor de la posición de
equilibrio de un cuerpo”. (Oxford Educación “Manual de Física y
Química”, 2º ESO. Cap. La energía de las ondas).
[3] “Hay
otras propiedades generales como la interacción, que se mide mediante la
fuerza. Todo sistema material interacciona con otros en forma gravitatoria,
electromagnética o nuclear”. (Wikipedia, la enciclopedia libre. Clave:
materia).
[4] “El
término genérico para este campo de la ciencia es el estudio de los fenómenos
modales, denominada cimática por Hans Jenny, médico suizo y pionero en este
campo, para describir los efectos periódicos que el sonido y la vibración
tienen sobre la materia. Uno de los primeros en registrar que un cuerpo
oscilante desplegaba patrones regulares fue Galileo Galilei en 1632”.
(Wikipedia, la enciclopedia libre. Clave: cimática).
[5] “Un
diapasón es un dispositivo metálico con forma de horquilla, utilizado
principalmente como referencia para afinación de instrumentos musicales”.
(Wikipedia, la enciclopedia libre. Clave: diapasón).
Programa Channel
Nº 4, La Cuatro, 5 sept. 2006, artista invitada Ainhoa Arteta.
[7] Neysa
Navarro Fernández. Tesis doctoral: La influencia de la música como agente
físico sobre el comportamiento de células madre... Cap. 1. La musicoterapia.
Universidad de Valladolid, Facultad de Medicina.
[8]
Bares, restaurantes, pubs, discotecas, fiestas, conciertos, etc.
[9] Organizada
por los derechos civiles bajo el lema “Trabajo
y Libertad” hasta el National Mall en Washington, el 28 de agosto de 1963.
[10] Y
todos sus sinónimos como: razonar, cavilar, recapacitar, reflexionar, etc.
[11]
Este punto aporta una descripción somera sobre alegorías de la creación debido
a la complejidad y extensión de los mitos, los cuales ilustran la importancia
que la antigüedad otorgó al sonido.
[12] “El
mito proclama la aparición de una nueva situación cósmica o de un
acontecimiento primordial. Consiste siempre en el relato de una creación: se
cuenta cómo se efectuó algo, cómo comenzó a ser. He aquí la razón que hace al
mito solidario de la ontología; no habla sino de realidades, de lo que sucedió
realmente, de lo que se ha manifestado plenamente”. (Mircea Eliade.
Lo sagrado y lo profano. Cap. Mito = modelo ejemplar).
[13] Universidad
Nacional de Asunción. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Escuela de
Ciencias Sociales y Ciencias Políticas. Profesor Carlos Ibáñez Morino. Historia
del pensamiento social y político I. Heráclito de Éfeso. Cap. Biografía.
[14] “En
el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este
era en el principio con Dios”. (Juan 1. 1 - 2, versión latina
conocida como Vulgata).
[15]
Forma parte de la trimurti, junto a él se hallan Brahma y Vishnu.
[16] Serpiente
de fuego, la cual simboliza expansión o expresión de la energía. En este caso,
cada una de las fases de onda cuando esta se transmite
[17] “Así
tenemos que la traducción literal de Tonatiuh es algo así como “va irradiando o
va calentando”, es decir, la palabra náhuatl para sol se refiere más que a un
objeto a una acción, un proceso, un movimiento de energía”. (Alberto
Aveleyra. “Ometeotl y Tonatiuh, aproximación a la concepción de lo sagrado
entre los mexica”. Cap. Tonatiuh).
[18] Michel
Graulich. Mitos y rituales del México antiguo.
[19]
También conocido con el nombre de “Khepri
o Jepri”, cuyo significado es: “Aquel que llega a ser”. Este dios se
representaba como un escarabajo pelotero, o un hombre con la cabeza de este
coleóptero.
[20]
Respectivamente: Piedra Shakaba, primera línea de las columnas 50, 52 y líneas
3, 4, 5 de la columna 54. Museo Británico. Traducción: Miriam Lichteim. Obra
“Ancient Egyptian Literature”, Vol. 1. Berkeley/Los Ángeles, Londres, 1975.
[21]
Este tema se halla extensamente explicado en la monografía titulada: “Los chakras o los sentidos internos”.
[22] “Un mantra es una palabra
sánscrita que se refiere a sonidos (sílabas, palabras, fonemas o grupos de
palabras) que, según algunas creencias, tienen algún poder psicológico o espiritual.
Los mantras pueden tener o no significado literal o sintáctico”.
“La
primera aparición de la palabra mantra se encuentra en el Rig-veda, el texto
más antiguo de la India, de mediados del II milenio a. C. Allí significaba
-como instrumento del pensamiento- oración, ruego, himno de adoración, palabra
base, canción”. (Wikipedia, la enciclopedia libre. Clave: mantra).
[23] “Se
cree que constituyen restos de la forma más antigua, primitiva o sintética de
lenguaje”. (Wikipedia, la enciclopedia libre. Clave: interjección).
[24]
Significa: “niña, a ti te digo,
levántate”.
[25]
Tal como ocurre con la luz blanca que se descompone en los colores del Arco
Iris.
[26] “La
paleontología lingüística es una disciplina que pretende clarificar la
prehistoria y cultura material de los hablantes de una lengua muerta o
protolengua antigua”. (Wikipedia, la enciclopedia libre. Clave:
paleontología lingüística).
[27] Nombre
propuesto por el lingüista danés Holger Pedersen (1867-1953).
[28] El
paso del tiempo en la historia de la lengua. Revista. Vol. XV, Fascículo 2.
Universidad de Sevilla, Titulo: “El
origen de las lenguas. Biología y lingüística”. Autor: Julio Sánchez
Hernández.
[29] Universidad
Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.
Secretaría de Posgrado. Memoria Académica. Autor: María Florencia Nelli. ¿La
torre de babel? Introducción al indoeuropeo, I. Cap. 1. Fundamentación y
objetivos
[30] Génesis
11.1 – 9.
[31]
Término que equivaldría a “energía”.
[32] Universidad
Nacional de Asunción. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Escuela de
Ciencias Sociales y Ciencias Políticas. Profesor: Carlos Ibáñez Morino. “Historia
del pensamiento social y político I. Heráclito de Éfeso”. Cap. El Logos y los
opuestos.
[33] Emitido
el 8 de noviembre de 2018, en “Documentos
TV”, la 2 cadena, TVE.
[34] Emitido
el 7 de julio de 2018, en “Documentos TV”,
la 2 cadena, TVE.
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