domingo, 28 de junio de 2020

La relación entre el sonido, la palabra y el mantra


“El sonido afecta a la materia de maneras inesperadas, un misterio en el que la ciencia está profundizando". (Documental “Magia sónica”. Realizador: Jerry Thompson. Producción: Canadian Broadcasting Corporation[1]).
Introducción
Este tema expone la relación existente entre el sonido como ondas[2], la palabra y el mantra. Con esta monografía se completa el capítulo anterior dedicado a los chakras, donde se recomienda la vocalización de mantras para el despliegue de estos vórtices energéticos.
La estructura biomagnética del organismo es un estado vibratorio. Esto significa que ciertas frecuencias son afines a ella y, en consecuencia, estas le afectan, tanto positiva como negativamente. Ciertos sonidos, conocidos como mantras, melodías musicales, cantos…, benefician; otros, en cambio, perjudican, como son los ruidos, los chirridos…, o la contaminación sonora.
“Las ondas de sonido son ondas longitudinales, que producen cambios de densidad y presión en el medio en el que se propagan. El medio puede ser un sólido, un líquido o un gas. Si las ondas sonoras llegan al oído hacen que el tímpano vibre, lo que produce una señal en el nervio acústico que es lo que produce la sensación de audición. La biología y la psicología de la audición, así como la física del sonido, son igualmente importantes para la ciencia de la acústica”. (Publicado por Cesar Tomé López, el 5 de febrero de 2019, Pág. WEB “Cultura científica”, tema sonido).
El texto amplía el término “sonido” más allá de lo que especifica la rama de la acústica. El autoconocimiento abarca este vocablo como descriptivo de la cualidad que posee la materia, de vibrar por sí misma debido a su estructura atómica y molecular. También se incluye a la propagación de la energía por medio de ondas electromagnéticas, gravitacionales, luminosas…, las cuales se desplazan en el vacío.
El estado de vibración interno de la materia o la energía, es uno de sus principios fundamentales de la Física, el cual está presente en toda la creación. Todo en el universo se mueve, vibra, y emite una frecuencia; esta propiedad permite una interacción[3] entre todo aquello que es afín.
Dos sencillos ejemplos: el sol se halla a una distancia aproximada de 150 millones de Km. de la Tierra, pero sus rayos producen sobre las plantas el proceso de la fotosíntesis. Sin la radiación o la energía solar, la vida sobre el planeta sería imposible. Así mismo, la fuerza intermolecular se origina por los diferentes tipos de enlaces según la naturaleza intrínseca de las moléculas; esta última depende de su composición atómica. Sin esta fuerza intermolecular, las propiedades de las sustancias no permitirían el desarrollo de la vida.
Estos ejemplos constatan la relevancia de este fenómeno de la vibración o del sonido, el cual afecta a una gran cantidad de ámbitos de la vida humana. Este tema atrae la atención sobre la palabra como recurso de comunicación entre los seres humanos, y del mantra como factor idóneo para la activación de los sentidos internos.
El sonido es el soporte y el vehículo de la palabra, la cual es un recurso fundamental de las relaciones con los demás. El estudio de cómo uno usa el verbo, es una referencia del estado de conciencia del individuo. La autoconciencia instaura un intercambio de mensajes, ideas, información…, de modo inteligente, atrae valores humanos de respeto, dignidad y eficacia en el mensaje que uno anhela transmitir. La palabra es un elemento vinculado al centro intelectual, ya que cuando esta se interioriza da base a los conceptos, y a través de ellos, se nutren los distintos mecanismos del pensamiento. Así mismo, el verbo posee una dimensión emocional. La manera de hablar, dirigirse a una persona, establecer un diálogo…, origina una conexión, o un vínculo emocional con ella. Estos elementos configuran la necesidad de hacerse consciente de cómo se comunica uno con las personas que le rodean. Captar hábitos; aprehender cómo la palabra desvela el mundo interior; advertir carencias y defectos de la personalidad; percibir la expresión externa del subconsciente, etc., es el sentido de un estudio objetivo de su uso.
Por otro lado, el mantra propicia el desarrollo de las facultades internas por medio de la vibración, o el sonido concentrado en las zonas donde se localizan los chakras. Activar la imaginación, la inspiración, la intuición, el relajarse física y mentalmente…, es posible gracias a estos conocimientos cultivados por distintas tradiciones espirituales.
A continuación, se despliega cómo el sonido y sus propiedades, se hallan en una gran cantidad de ámbitos de nuestra vida, y cómo estos afectan de diferentes índoles.
El sonido, sus efectos y aplicaciones
“Un tercer tipo de movimiento es la vibración, un movimiento interno de los átomos en una molécula. Las vibraciones moleculares son armónicas (al menos en una primera aproximación), lo que significa que los átomos oscilan en torno a su posición de equilibrio…” (Wikipedia, la enciclopedia libre. Clave: geometría molecular).
La base de los fenómenos producidos por el sonido, proviene de la estructura atómica o geometría molecular de la materia, la cual le atorga sus características intrínsecas. Todo átomo, molécula, o cuerpo a causa de su composición interna, coexiste con un movimiento o una vibración propia. Esta cualidad origina una frecuencia resultante, la cual es igual a la suma de todas las vibraciones que componen el elemento. Esta resultante se denomina “nota síntesis”. Esto indica que todos los integrantes de la materia en cualquiera de sus formas y asociaciones, emiten una onda o nota síntesis. Cuando se altera la estructura de la materia o un cuerpo, igualmente se modifica esta frecuencia original. Esta emisión, perceptible o no, está presente en toda la creación, la naturaleza y el hombre. Esta particularidad comporta dos efectos que son relevantes desde el autoconocimiento.
Ø    El efecto diapasón o de resonancia.
Ø   La capacidad de los sonidos o las ondas de crear patrones, o modelos geométricos en el medio por donde se desplazan, los cuales se denominan figuras Chladni. La ciencia que hace visibles estas figuras se denomina “cimática[4].
La resonancia se aprehende con facilidad con el efecto diapasón[5]. El uso de esta herramienta prueba que cuando esta vibra, y se coloca otra a cierta distancia con la misma naturaleza, suena de modo idéntico. Esto implica una influencia de un diapasón con respecto a otro, en este caso, debido a que el sonido viaja a través del aire.
Por ejemplo, al famoso tenor italiano Enrico Caruso (1873-1921), se le atribuía la capacidad de romper una copa de vidrio con la potencia de su voz. Este hecho es posible a causa de este principio de resonancia. La voz se sintoniza con la frecuencia o nota síntesis de la copa, la cual vibra, y estalla debido a la rigidez del vidrio. Esta facultad es reconocida a varios cantantes. La soprano australiana Nelly Melba (1861-1931), era popular por este hecho; Julie Andrews (1935) lo hacía en el espectáculo “Victoria y Víctor” en Broadway delante del público; y la soprano española Ainhoa Arteta (1964) lo consigue en vivo en un programa de televisión[6], por nombrar algunos personajes conocidos.
Por otro lado, el sonido afecta a la materia, o al medio que atraviesa. Este origina modelos geométricos concisos, los cuales dependen, tanto de la frecuencia como de las características del medio. Esta misma propiedad se concreta en todo lo creado, ya que la vibración de la estructura atómica, proyecta una figura geométrica junto a su nota síntesis. Estos fenómenos a los que hay que sumar otros muchos, provocados por el sonido, y demás ondas, aportan una gran cantidad de aplicaciones en los distintos ámbitos tecnológicos y de las ciencias.
En el campo de la medicina, los rayos x, la resonancia magnética, la ecografía, el láser…, son algunas de las tecnologías que facilitan los diagnósticos de los facultativos, y la recuperación de los enfermos. Así mismo, se empieza a investigar la influencia de la música, y del sonido sobre la psiquis, en concreto, alteraciones afectivas, y emocionales en distintos trastornos vinculados al estrés y a la ansiedad.
“Pitágoras: habla de la música de las esferas, desarrollando conceptos matemáticos para explicar la armonía en la música, en el universo y en el alma humana[7]”.
En la telecomunicación, las ondas electromagnéticas son la base de todas sus transmisiones, las cuales propician todos los sistemas de información y servicios que disfruta el sujeto contemporáneo. Sin ondas no es posible la TV, ni la telefonía, sea esta móvil o fija, ni el GPS, ni Internet, ni la radio…, en este ámbito sería volver a principios del siglo XX.
En construcción e industria se han inventado una gran cantidad de herramientas, y máquinas que operan con tecnología láser, ultrasonidos, radiofrecuencia, etc. Estas permiten más exactitud, facilidad, y ahorro de tiempo y mano de obra en muchas de sus labores.
En la ganadería y la agricultura, diferentes universidades indagan el efecto de la música en el campo de la agroalimentación. Varios investigadores han concluido que los granjeros que estimulan sus vacas con música suave o clásica, aumentan la producción de leche. No obstante, la música fuerte y arrítmica obtiene los resultados contrarios.
“Escuchar música aumenta la producción de leche del ganado vacuno, según investigadores británicos, psicólogos de la universidad de Leicester”. (27 de junio de 2001, BCC Mundo.com, Ciencia).
Las propiedades de la vibración de la materia, sean audibles o no, aportan muchos beneficios a la humanidad, pero también generan considerables perjuicios.
El ruido es coexistente con la actividad humana, y el sujeto es incapaz de escapar de él, y afecta a todo el mundo. La carencia de atención sobre sus consecuencias conlleva, a pesar de acostumbrase, tanto un desequilibrio en la salud como un problema de comunicación.
En la actualidad, las autoridades sanitarias alertan sobre los daños que provoca la contaminación sonora en la población. La organización Mundial de la Salud (OMS), considera perjudicial un nivel sonoro superior a los 65 decibelios. A causa de que el ruido no deja un rastro de desechos, ni el aire se impregna de sustancias nocivas, ni se acumula en la naturaleza, no cuesta dinero, etc., hasta ahora no se valoraron adecuadamente sus efectos en el individuo. Las consecuencias fisiológicas y psicológicas de la polución acústica en forma de ruido molesto, son considerables en las distintas funciones del organismo.
“Las personas reaccionan al sonido de manera variable; en gran medida depende de quien está escuchando, y la fuente que lo está causando. Por lo general, los sonidos naturales, por fuertes que sean, tienden a ser menos molestos que los sonidos de la vida moderna. Los sonidos fuertes producen una reacción de huida o de ataque. Entre los síntomas ligados a los entornos ruidosos están: el estrés, la ansiedad, la fatiga, la aceleración del ritmo cardiaco, la pérdida de sueño, la conflictividad social”. (Documental “Magia sónica”. Realizador: Jerry Thompson. Producción: Canadian Broadcasting Corporation).
La mayoría de la gente no es consciente de los trastornos que acarrean los ruidos, o las músicas que se perciben con un volumen excesivo. Principalmente, los jóvenes se hallan en una situación de riesgo de pérdida de audición a edades tempranas. Las causas son el abusivo tiempo de exposición a sus reproductores, móviles, y la alta intensidad de sonido que predomina en los locales de ocio[8] que frecuentan. Así mismo, el estudiante precisa estar presente a su tono y volumen de voz cuando habla, y se dirige a los demás en sus conversaciones, controversias, discusiones, debates, etc. Más aún, si uno se identifica con un ego, y se enfada, se frustra, critica…, en muchos de estos estados íntimos, la persona levanta la voz, vocifera, o grita.
En conclusión, el sonido que rodea al ser humano es una energía que lo alcanza, y a él le corresponde despertar su conciencia a cómo le influye en los diferentes ámbitos: físico, psicológico y anímico. El alumno necesita discernir en qué medida se relaciona correctamente con este fenómeno, valora el silencio y los ambientes sonoros suaves. De modo que los altos niveles de ruido, no exciten la mente de quien anhela paz interior.
El sonido como elemento fundamental de comunicación
La base de las relaciones en la naturaleza es la comunicación. Los animales se relacionan entre ellos, sea entre individuos de la misma especie como entre especies diferentes. Esta comunicación es instintiva; cumple con necesidades de aprendizaje, protección, dominio, advertencia, sumisión, etc.; se compone de gestos, signos actitudes, dejar un rastro con su olor… Cada acción adquiere según la especie un significado concreto, asimismo, existe una rica variedad de sonidos emitidos para los fines descritos anteriormente. Por ejemplo, en la época de celo, los machos producen sonidos característicos de la especie para hacer constar, tanto a las hembras como a los demás machos, sus intenciones.
No obstante, debido al lenguaje, el sistema más completo de comunicación es la humana. Esta relación verbal se fundamenta en la posibilidad de hablar, del uso de las palabras, las cuales se forman con la emisión de sonidos. Estos últimos son un código que posee significado, que por convención con los demás sujetos constituye un idioma, el cual permite que dos personas se entiendan entre sí. De este modo, el ser humano comparte conocimientos, estados psicológicos, afectivos…, y, como consecuencia, se facilita el aprendizaje.
“De esta forma, existen multitud de lenguas puesto que hay un gran número de comunidades de habla diversas entre sí. Así, la lengua surge de la capacidad y necesidad que posee el ser humano de comunicarse y manifestar sus emociones, sentimientos, ideas y opiniones sobre la realidad que le rodea”. (Marina Maza. Unprofesor. Artículo. Diferencias entre lengua e idioma. 18 septiembre 2018. https://www.unprofesor.com).
Aunque, la comunicación oral no es el único modo de relacionarse, o intercambiar información con los demás, como son gestos, sonrisas, miradas, actitudes, escritura…, el tema se centrará en el poder de la palabra debido a su vinculación con el sonido.
El lenguaje y la capacidad de la persona de comunicarse, se asocian a los cinco centros del organismo, y es la herramienta más potente de influencia en los demás. Esto significa que el verbo se halla presente, y aporta información sobre la personalidad del individuo, sus egos, estados de conciencia, y su subconsciente. El estudio de la palabra y sus contenidos prácticos, conlleva una gran cantidad de consideraciones, las cuales se desplegarán en una monografía específica más adelante en el curso. Sin embargo, se atrae la atención del estudiante sobre ciertos puntos de la comunicación oral, de modo que observe el uso del verbo en su vida diaria.
Uno de los factores que el sujeto precisa despertar en su conciencia, es el poder de persuasión que reside en la palabra, ya sea a un sujeto particular como a un grupo de personas o a una sociedad. Esta capacidad sirve, tanto para construir como para destruir, en los diferentes ámbitos donde esta ejerce su acción. Muchos grandes personajes de la Historia, han confirmado este poder de influencia del verbo sobre la psiquis de las personas. A continuación, se exponen de modo escueto cuatro ejemplos.
Gamal Abdel Nasser (1918-1970), entendió este principio, y fue el principal promotor de la emisora “La voz de los árabes”. Esta constituyó una de las herramientas de difusión de sus discursos e ideas políticas. Alcanzó no solo al pueblo egipcio, sino también a todo el mundo árabe. A través de la radio, sus discursos llegaron a toda persona que tuviese un pequeño transistor. El presidente Nasser consiguió una gran popularidad y apoyo a sus ideas políticas gracias al poder de su palabra, la cual fue escuchada por una población en su mayoría analfabeta.
“El 26 de julio de 1956, a las 19 horas, en la Plaza de la Liberación de Alejandría, el coronel Gamal Abdel Nasser pronunció un discurso impactante e influyente en la historia contemporánea”. (http://agora.ulpgc.es/articulo.htm, Titulo del artículo: “El discurso descolonizador”, en Le Monde" del 28 de julio de 1956).
Martín Luther King Jr. (1929-1968) fue premio Nobel de la Paz (1964), y se distinguió por su lucha no violenta por los derechos civiles para los afroamericanos. Fue capaz a través de su acción y oratoria de conmocionar y convencer a gran parte del pueblo estadounidense de esta necesidad, y despertar la conciencia pública de contribuir a este movimiento. Su discurso titulado “Yo tengo un sueño”, lo ha consolidado como uno de los oradores más importantes de la humanidad.
”El discurso de Martin Luther King fue, no solo el corazón y el pilar emocional de la marcha sobre Washington[9], sino la prueba del poder de transformación y la magia de las palabras de un hombre. Cincuenta años después, sigue siendo un discurso capaz de conmover hasta las lágrimas”. (Autor: Michiko Kakutani. El País internacional, 28 de febrero 2013, Artículo: El poder permanente del discurso sobre el sueño de King).
Susan Brownell Anthony (1820-1906) fue una mujer que emprendió la lucha por el derecho a votar de las mujeres en todo el mundo. Como feminista y sufragista consagró su vida a viajar por todos los Estados Unidos y Europa, dando discursos durante 45 años, a una media de 75 a 100 por año. En 1869, creó junto a Elizabeth Cady Stanton, la “Asociación Nacional Pro Sufragio de la Mujer”, teniendo tanto éxito que, en 1925, agrupaba a más de treinta y seis millones de afiliadas en todos los países. En 1917, la revista “Time” la eligió como una de las mejores oradoras de la Historia.
“El argumento básico que utilizaba Susan Anthony en sus discursos era la lectura literal de la construcción americana en la Declaración de Independencia; luego contraponía ese texto con la realidad que le impedía a ella misma votar, logrando un efecto inmediato en las audiencias a las que se dirigía. A esto se añadía que, frente al tono exaltado y hasta histérico que los opositores al voto femenino utilizaban en sus arengas, el tono de Susan Anthony era siempre calmado y sencillo… Una de sus oraciones más célebres fue: “Fuimos nosotros, el pueblo. No “Nosotros, los hombres blancos”, sino nosotros, todos nosotros, los que hicimos la Unión”. (Autor: Domingo Luis Fernández Álvarez. Universidad de La Laguna. Documento: Apuntes sobre la oratoria de Susan B. Anthony).
Adolf Hitler (1889-1945) ingresó en el Partido Obrero Alemán, como espía del ejército en 1919, y dos años más tarde alcanzó su liderazgo gracias a su elocuencia. En 1920, funda el partido Nazi (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán). Durante la década de los años veinte, esta formación política consigue altos y bajos índices de popularidad. En ese periodo, Hitler protagoniza una insurrección fallida (1923), fue recluido ocho meses, y le prohibieron hablar en público. En 1925, se le levanta, pero después de la primera alocución (27 de febrero), debido al ímpetu y a los propósitos de las palabras expuestas, fue de nuevo censurado hasta 1929. A partir, de entonces, su oratorio, facultad de motivar y suscitar admiración, y la eficiente propaganda cargada de simbolismo, transformó la mente de los alemanes.
“Solo Hitler era capaz de atraer multitudes a los discursos y mítines del partido”. (Wikipedia, la enciclopedia libre. Clave: ascenso de Adolf Hitler al poder).
La mayoría del pueblo alemán se adhirió a todas las ideas del nazismo y de su Nuevo Orden: supremacía de la raza aria, nacionalismo, antisemitismo, expansión del territorio alemán, fascismo, rechazo a la democracia, anticomunismo, etc. Su carisma y poder verbal le llevó a ganar las elecciones en 1932-33, y a establecerse como canciller imperial; en 1934 se autoproclamó Führer (líder). Toda la sociedad aplaudió sus iniciativas bélicas, su programa político, social, educativo…, incluso iniciar la Segunda Guerra Mundial. Este personaje histórico es un ejemplo en el uso del talento de la oratoria y la propaganda para manipular la Esencia dormida, e influenciar a las masas sin discernimiento.
“Habiendo obtenido el poder político que necesitaba, Hitler llegó a obtener el apoyo y convencer a la mayoría de los alemanes de que él era su salvador ante la economía derivada de la Gran Depresión, el comunismo, el judeo-bolchevismo, y el Tratado de Versalles, junto con otras minorías indeseables”. (Wikipedia, la enciclopedia libre. Clave: Adolf Hitler).
La Historia ha permitido a muchos seres humanos de todas las latitudes destacar por la elocuencia y la persuasión de su palabra. Esto significa que el verbo encierra un poder que la gente ignora. Una persona puede usar el aspecto creador de la palabra, y lograr convencer, animar, aconsejar, instruir, advertir, ensalzar, honrar, defender…, a otra o a un colectivo. De este modo, el verbo construye, salva vidas, impide sufrimientos, ahorra frustraciones, fatigas, desengaños…; está al servicio de la humanidad, la verdad, la justicia…; se distingue por su sabiduría, amor, e inspiración. Contrariamente, la palabra puede expresar su vertiente destructora: herir, humillar, atacar, criticar, agredir, menospreciar, engañar, manipular…, al prójimo. De esta manera, el verbo confunde, origina incertidumbre, dolor, malentendidos, desconfianzas, induce a la segregación, al error, al conflicto… En estos casos, la herramienta del verbo se pone al servicio del ego, de una personalidad desequilibrada, e identificada con el subconsciente. Esto acarrea la degradación de esta facultad de comunicarse, donde se desvanecen los valores humanos y la dignidad de la Esencia. El autoconocimiento enseña que el estudiante precisa despertar su conciencia a la palabra como elemento fundamental de comunicación, y al poder que esta encierra.
La palabra integrada en los tres cerebros
Cuando el sujeto habla, debería usar los tres centros neurálgicos o cerebros. La palabra precisa ser primero pensada, función intelectual; después sentida, función emocional; y finalmente, ejecutada, función motora. La conciencia del verbo implica que exista una coherencia en el proceso de su concepción y emisión.
La palabra y el intelecto
Es necesario recordar que la palabra emitida son sonidos articulados, los cuales forman un signo lingüístico (significante), y este último se registra en la mente como un concepto (significado). Ni el significante ni el significado, son el objeto ni la realidad al que ambos hacen referencia. La palabra, tanto hablada como escrita, es un símbolo, y cada lengua o idioma integra un código con sus reglas lingüísticas.
Se expone un ejemplo sencillo. La palabra castellana escrita “mesa”, pronunciada con los sonidos /m/+/e/+/s/+/a/, se distingue en el centro racional como un concepto, cuyo significado en el diccionario RAE la define como: “mueble, por lo común de madera, que se compone de una o de varias tablas lisas sostenidas por uno o varios pies, y que sirve para comer, escribir, jugar u otros usos”.

Todos los hispanohablantes cuando escuchan la palabra “mesa” comprenden a qué objeto se refiere. No obstante, cada sujeto se imaginará o pensará en su pantalla mental, una mesa distinta, aunque todas tengan los mismos rasgos generales o ideales. Esto indica que la palabra y el concepto que esta acarrea, son siempre un símbolo, gráfico o acústico, el cual alude a una realidad, y en su defecto a una fantasía. Por ejemplo, la afirmación: “los trenes vuelan”, aunque los trenes son objetos que existen, es una fantasía aseverar que vuelan.
En consecuencia, la palabra sirve para comunicarse entre individuos, o consigo mismo. Cuando una persona piensa, ¿qué hace? Asocia, valora, califica, compara, contrasta…, pensamientos, ideas, elabora juicios, etc., atrae sobre su pantalla mental, conceptos alojados en su memoria. En realidad, pensar[10] es usar significados (conceptos), por medio de significantes (palabras), y establecer una charla interna, la cual la dirige a sí mismo o a alguien que él se imagina, es decir, habla sin articular las palabras. Normalmente, un individuo no razona escribiéndose una carta mental, y si lo hace para fijar ciertos puntos importantes, los visualiza nombrándolos.
Desde la perspectiva intelectual, los idiomas y las palabras que lo componen, serán una herramienta del pensamiento y de la comunicación más o menos perfecta; pero el buen o el mal conocimiento del mismo, no hace al sujeto más o menos inteligente o consciente. El manejo de una lengua es, sobre todo, una cuestión de educación de la función racional, aunque se precise cierta inteligencia para aprenderlo. Así mismo, un idioma con respecto a otro, tampoco afecta a la capacidad cognitiva de la persona; una lengua puede dificultar o facilitar la expresión del individuo o cómo pensar, por ejemplo, un hecho, pero no cómo aprehenderlo. Esto indica que la conciencia y la comprensión de la realidad, no dependen del idioma que uno habla, y solo afecta al modo de cómo establecerla en la mente, si hay identificación con la personalidad o el ego.
Por ejemplo, una persona puede observar cómo varios sujetos usan de forma distinta una mesa, y desconocer la palabra (significante), o nombre común que le atribuye el idioma. Esta ignorancia intelectual de la palabra, lo incapacita para conceptuar el signo lingüístico (mesa), pero no le impide preservar la imagen, o registrarlo en la memoria con otras palabras que la definen. El individuo no sabe el nombre del objeto donde la mayoría de los occidentales comen, por ejemplo, pero su capacidad cognitiva de la realidad de lo que es la mesa, no queda restringida por ello. Esto sucede siempre que uno aprende un idioma; desconoce la palabra “mesa” en ruso y, por lo tanto, no puede pensarla, ni expresarla oralmente, ni reconocerla cuando un rusoparlante la articula, pero sabe lo que es.
El centro intelectual es mucho más eficaz, si el alumno domina el idioma que habla, porque le agiliza la comunicación con los demás y consigo mismo. No obstante, la dignidad depositada en el pensar, su uso inteligente, y de cómo este se expresa a los demás, no dependen del idioma ni de su conocimiento, sino de la conciencia de quien lo edifica. Un sujeto puede gozar de escasos recursos lingüísticos, pero ser amable y hablar con valores humanos.
La construcción del pensamiento y su expresión, se originan por el factor que controla en un momento dado, la función racional. Estos agentes pueden ser: la Esencia, la personalidad o, el ego.
Desde el autoconocimiento, la importancia de la relación palabra-intelecto, se halla en qué factor psicológico emplea esta función. El factor psicológico determina el estado de conciencia y, en consecuencia, cómo se usa. Si la Esencia es la que maneja y concibe el pensamiento, y después lo exterioriza, puede que sea torpe su expresión lingüística, pero será cálida y humana. Esto es lo que les ocurre a los infantes de corta edad, hablan con pocos recursos idiomáticos, pero la belleza de sus palabras muestra pureza, inocencia y sinceridad.

La personalidad emplea el intelecto, tanto para razonar, charla interna, como para hablar, por medio de patrones de tipo: familiar, social, religioso, ideológico, regional, cultural…, creados por la experiencia o el aprendizaje. El verbo de este factor se caracteriza por distintas expresiones. A continuación, se comentan algunas de ellas como ejemplo.
La palabra dirigida por la personalidad adopta expresiones basadas en intereses propios, motivada por el egocentrismo, es decir, uno habla de sí mismo, de lo que piensa, siente, hace; busca ser el centro de la conversación, atraer la atención, posturea, etc. También, el verbo controlado por este factor muestra su hedonismo, comenta aquello que le gusta o no; desvela su escepticismo, credulidad, ilusión, fantasía, frustración… La personalidad se comunica con un valor identitario, necesita marcar en muchos casos diferencias con respecto a los demás. Por otro lado, precisa elaborar un sentido de pertenencia a una estructura social, familiar, cultural, época, música, saga cinematográfica, etc. Esto atrae elementos gregarios a la personalidad en su forma de pensar y hablar, donde se imitan ciertos modelos, argot, rasgos idiomáticos, asentados en ideologías, sistemas de pensamiento, filosofías de vida, etc. Por ejemplo, la jerga vinculada a las nuevas tecnologías, el Internet, las redes sociales…, los giros de la lengua en clave feminista, los eufemismos políticos, económicos, etc.
“Los partidos tradicionales han llegado, incluso, a calificar el déficit económico como -crecimiento negativo-… ¿Hasta cuándo vamos a aguantar tantos juegos lingüísticos?” (José Manuel Mingo Jiménez. El País, Opinión. Eufemismos políticos. 17 Julio 2018).
En muchas ocasiones, la personalidad habla por hablar; para romper el silencio, establece conversaciones huecas, donde la comunicación está vacía de contenido. Siente el impulso de comentar cuestiones superficiales, se discute sobre asuntos intrascendentes, se opina de todo, se repiten las mismas anécdotas, se critica, se habla con hipocresía, ironía, se miente, etc. Contrariamente, las jóvenes generaciones sumergidas en las nuevas tecnologías, móvil en mano, envían continuamente mensajes, fotos, videos…, a amigos a través de las redes sociales, para mostrar a los demás qué hacen, dónde están... No obstante, apenas hablan con la gente que se halla a su alrededor. Con el paso de los años, el verbo está perdiendo el sentido de la cercanía, de hablarse cara a cara; participar en tertulias presenciales de amigos e intercambiar, compartir, ideas, sentimientos, experiencias donde el objeto de atención es la palabra.
En ambos casos, se parlotea mucho, pero el sujeto comunica poco.
Todos estos aspectos psicológicos, y muchos más, emergen por el estado de identificación que la personalidad despliega consigo misma; esta es la referencia de la existencia que, hasta el momento, labra a través de los surcos de sus vivencias. Este factor psicológico manifiesta un verbo que aglutina sus características principales: subjetividad, relatividad, automatismo, y falsedad en el sentido que se autoengaña, entre fantasías e ilusiones. La personalidad es un centro de gravedad psicológico falso, en consecuencia, no transforma correctamente las impresiones, lo que conlleva una percepción errónea de la realidad. Esto acarrea una concepción, atribución de conceptos, manejo de los datos que recibe y pensamientos, que se impregnan de estas mismas propiedades. Toda esta estructura mental entorpece enormemente la comunicación entre los seres humanos, porque la conciencia del sujeto duerme.
El estudiante no suele observar estos rasgos de su personalidad en el modo de relacionarse, pero lo advierte en los demás, por esta causa se precisa atraer plena atención a esta realidad psicológica.
Los rasgos de la palabra que el ego despliega son más evidentes, ya que expresan una hipnosis aguda, fuerte, densa…, en la mayoría de los casos. El verbo del ego es inestable, irritado, impreciso, amenazante, vulgar, irresponsable…, genera una comunicación poco constructiva, reflejo de lo que ocurre en el centro intelectual.
Desde el ámbito de la conciencia, la palabra elaborada en la función racional, y que se transmite a los demás, se construye desde la sensatez y la sinceridad. El poder de la palabra se gesta a partir de principios objetivos y valores humanos. El verbo consciente despliega lucidez, discernimiento, comprensión, se fundamenta en hechos o realidades, y se concentra en busca de soluciones, es práctico. Su comunicación se inspira en compartir, integrar; es inclusiva, honesta, esperanzada…; atrae todos los valores de humanidad que precisa el instante y la situación.
La palabra y la emoción
En el centro emocional, el verbo adquiere un “aspecto relacional”, es decir, establece una conexión o, contrariamente, aversión con la persona que uno comunica. Esto significa que la palabra posee una dimensión afectiva. En muchas ocasiones, el sujeto está ausente a esta característica y, en consecuencia, no valora la carga emocional de sus palabras, ni del efecto que estas producen en la psiquis de los demás. Esta falta de conciencia en el verbo, resta efectividad al mensaje que el alumno anhela transmitir o compartir con su interlocutor. En el momento de dirigirse, atraer la atención o intercambiar información con alguien…, el plano relacional se halla en el centro de la comunicación. Este aspecto se vincula con el “cómo uno habla”, expone sus ideas u opiniones a los demás.
Toda comunicación suele acarrear una carga emocional, la cual depende del estado psicológico, y se asocia al factor Esencia, personalidad o ego, que se expresa en ese momento. Por ejemplo, si la personalidad está preocupada, o aloja una emoción negativa, el verbo refleja este estado interior y, normalmente, lo condiciona.
La Esencia vive el instante, es entusiasta, emana bienestar, en ella se asientan múltiples valores humanos que se hallan en estado latente. No obstante, cuando este factor se halla presente en la psiquis, los expresa en las distintas funciones. Esto conlleva que su palabra se exprese de modo llano, sin artificios, sencillo, espontáneo, natural, transparente…, reflejará su naturaleza. La Esencia edifica una comunicación fluida, con el corazón, es decir, un estado emocional amable, jovial, e intuitivo.
“¿Qué son las palabras si están vacías de ideas? ¿Qué son las ideas hermosas si están vacías y no corresponden a un hecho? Si quieres ser grande, abre tu ciudadela que es inexpugnable y virgen, y que a su alrededor el amor haga una muralla y el odio una mortaja”. (Gandhi).
En la función del sentimiento, la personalidad se rige por estados emocionales de satisfacción o aceptación, insatisfacción o rechazo, e indiferencia. Esto significa que la palabra queda impregnada por este tipo de sentimientos. De este modo, la comunicación se convierte en una acción circunstancial y relativa, dependiendo de si la situación le conviene, gusta, favorece… Entonces, aparece la sonrisa, la palabra relajada, chistosa, animosa, generosa, etc. Sin embargo, si los eventos, o el interlocutor no va en el mismo sentido de los intereses de la personalidad, nacen las emociones negativas, se habla con estrés, desdén, se levanta la voz, la cual refleja frustración, decepción… En este caso, la comunicación es espinosa, penosa, incluso hiriente. Finalmente, la indiferencia es un estado emocional inerte de la personalidad. En efecto, es una expresión distante, sin la atención debida a la persona a quien uno habla; hay poco o ningún sentido relacional, donde se carece de sentimiento. La indiferencia genera una locución mecánica, de trámite, etc. En muchos casos, se confunde la indiferencia con actitudes de enfado, donde el sujeto está herido, y muestra en su actitud desinterés y apatía. En realidad, el individuo no es indiferente, sino que quiere parecerlo. En el plano psicológico, hay una emoción negativa que está siendo boqueada. Indiferencia es el trato que la personalidad otorga a quien ella considera inferior, o sin importancia, por ejemplo, a alguien que le sirve, que está a sus órdenes, a un sujeto que realiza una función o labor trivial, etc. Indiferencia es cuando alguien habla a otro y no lo mira, y si lo mira no lo ve, es como si estuviera solo.
El ego crea estados emocionales idénticos a la naturaleza de la personalidad, pero son más extremos, puesto que son la expresión del subconsciente, y el grado de identificación es mayor. Esto implica una palabra que se llena de emociones, o de silencios. Cuando se cumplen los deseos, o se tiene la ilusión de conseguirlos, acarrea un verbo alegre que obedece a una emoción de la misma índole; si los planes no se plasman, o la fantasía del ego se derrumba, conlleva la reacción contraria, el verbo es secuestrado por las emociones inferiores y la frustración. Por otro lado, el silencio bloquea la comunicación entre las personas debido al control que sus egos ejercen sobre ellas.
Desde el autoconocimiento, el aspecto relacional de la palabra y, en consecuencia, su base emocional precisa ser advertidos y ejercidos por el estudiante. Es necesario despertar la conciencia, al hecho que comunicar con los demás es un bien, es propio de la naturaleza humana. Si dos personas hablan entre ellas, lo hacen de corazón y con lucidez, sintiéndose Esencias, comparten, se extiende el perfume de la concordia, se respira amistad, simpatía, ternura.
Ser amable con el prójimo, sentir aprecio por él; hablar y escuchar, aunque sea un adversario, es un acto de inteligencia práctica. Para ello, se requiere estar presente a los demás, a sus palabras y a las nuestras, y ser conscientes de que existe un vínculo más allá de la mente. Nuestra dignidad, respeto, amor, inteligencia, paciencia…, todo lo que uno es como “Alma Humana”, es decir, nuestros valores de humanidad, están siendo puestos a prueba. El control y la conciencia del verbo, indican el dominio y la madurez que el alumno ejerce sobre su psiquis. Si hay descontrol de la palabra, también hay desorden interno. En toda conversación, el individuo precisa crear una “atmósfera psicológica” de comunicación, entendimiento, e integración; esta es su responsabilidad. Igualmente, esto implica que uno se haga comprender, hablar con claridad, sinceridad, discernimiento, y sensatez, no imponer criterios, sino desplegarlos. El ambiente psicológico nace de un verbo amable, sensible, considerado, respetuoso y que conserva la dignidad. Ambos aspectos, sensatez, elaborada en el centro racional, amabilidad, nacida de la función emocional, concretan una palabra coherente y justa, construida desde la conciencia. Comunicar y compartir ideas, opiniones…, no acarrea forzosamente que estas sean convergentes o afines, es escuchar con cortesía y atención, lo que los demás piensan y sienten sobre algún tema. La aportación del interlocutor será enriquecedora o no, descabellada o no…, pero solo le incumbe a él, del mismo modo que nuestras ideas solo le conciernen a uno. Finalmente, la comunicación puede ayudar o no a la toma de decisiones, pero en todo caso, toda resolución que el sujeto adopte es soberana porque él es el único responsable de sus efectos.
Por ejemplo, en ciertas situaciones es necesario apelar a la firmeza, pero este pilar precisa ser equilibrado con el pilar de la amabilidad. Se despliega el caso donde un padre requiere llamar la atención de su hijo sobre una acción incorrecta, irrespetuosa, peligrosa…, de este último. Este tendrá que fijar con claridad el mensaje que anhela transmitir a su descendiente, basarse en los hechos, ser comprensible, desprovisto de artificio o signos contradictorios; se trata de establecer una relación y ambiente psicológico favorable al propósito de comunicar y compartir. Preguntarle sobre las posibles consecuencias de su acción; si fuera necesario atraer su atención en una versión distinta a la suya de esos efectos, los cuales él no observa o no quiere aceptar; una conversación inclusiva dirigida hacia la solución. No obstante, este proceso de la firmeza en las conclusiones, siempre precisa estar acompañado de un estado afectivo de entendimiento, amabilidad, valores de paciencia, tolerancia con respecto a sus actitudes, que en muchos casos son provocaciones. De este modo, el adolescente aunque no admita las decisiones o soluciones del padre, él no se sentirá rechazado, sino que el mensaje en su aspecto emocional, muestra que la conversación se centra en su acción, no en él; el padre no juzga al chico, sino a su conducta; es firme con respecto a esta, pero amable, digno y respetuoso hacia su hijo.
El aspecto emocional de la comunicación, también se vincula a la escucha. La escucha consciente es un tema fundamental en el desarrollo interior, y se estudiará más delante de modo práctico en el curso.
La palabra y su concreción
La palabra inicia su recorrido en el centro intelectual, pasa por la función emocional, y es ejecutada por el cerebro instintivo-motor-sexual, donde termina su trayecto. El centro motor se encarga de concebirla oralmente, la hace efectiva. El hablar es una acción que se aprende, y se hace instintiva, del mismo modo que uno aprende a conducir. Un niño se esfuerza en la pronunciación de las palabras para que los sonidos que la forman se concreten debidamente. La articulación de una palabra acarrea una gran cantidad de movimientos de la garganta, cuerdas vocales, labios, lengua, dientes y toda una coordinación entre ellos. Esta habilidad se concreta en un hábito cuando se hace instintiva. Igualmente, el centro motor se encarga de la dicción, del hablar con claridad, de la fluidez o cadencia de las palabras, la cual no sea ni demasiado lenta ni rápida, del volumen de voz adecuado, de evitar la monotonía, el titubeo, la vacilación, etc. A esto hay que sumarle los significados de los tonos, volumen y timbre. Normalmente, el sujeto ajusta estas propiedades del sonido para comunicarse con los demás, dependiendo de a quien, qué mensaje, dónde, en qué circunstancia…, se habla. No se utiliza el mismo tono, ni volumen, con una persona mayor, un amigo, una relación sentimental, un niño, etc.; si se habla en intimidad, en público, en privado, con un hijo, informar de una noticia alegre, triste, etc. El ejercicio del verbo y las características de la comunicación, poseen muchos matices que se modulan con el centro motor.
La capacidad vocal, el poder o la fuerza de la voz de una persona, también posee un vínculo con la función instintiva, y la energía sexual. Cuando el niño alcanza la pubertad, su voz se transforma; esto es debido al cambio hormonal que se opera en su organismo, y en particular en la laringe. Esto indica que existe una relación directa entre la laringe y el sexo. Ambos pueden crear. La voz tiene la facultad de gestar y transmitir conocimientos, comprensiones y experiencias que nacen en la conciencia, los cuales pueden ser útiles a las demás Esencias.
“Este crecimiento es muy marcado en la mayoría de los varones, cuyos altos niveles de testosterona producen primero quiebres en la voz y luego la tornan más grave y estridente, y favorecen el desarrollo de una protuberancia laríngea llamada nuez de Adán". (Shaylin A. Schundler. TED-Talk Edition. ¿Por qué cambia la voz con la edad?).
El poder de la voz, está detrás de sus logros, en la medida que esta transmita sensatez, y afabilidad. Por esta causa, la palabra crea en la mente y el corazón de los seres humanos: tanto esperanza, fe, amor, ansias de libertad, verdad, justicia…, como sus antítesis.
Otro aspecto que liga los centros, instintivo y motor, con la palabra son los gestos, el lenguaje corporal, y la comunicación no verbal. Cuando uno habla o escucha, no solo lo hace con la garganta y los oídos, sino que lo hace con todo el cuerpo. Desde la perspectiva de la comunicación, es importante estar atento a cómo este se mueve, uno observe estos movimientos, y los pueda controlar con su conciencia y voluntad. La palabra es acompañada con las manos, los gestos de la cara, el movimiento de los ojos, las posturas que uno adopta… Este lenguaje corporal precisa ser coherente con lo que se dice, evitar contradicciones entre la comunicación no verbal y el sentido de nuestras palabras.
Esto incumbe al modo de escuchar, el cual requiere ser activo. Escuchar es una presencia de todo el cuerpo, no solo de los oídos. La atención plena se halla igualmente, en la mirada, la postura, la expresión facial… Toda la persona está concentrada en lo que su interlocutor anhela decir, y capta qué significado tiene para ella la información transmitida.
Así mismo, en el centro motor, la palabra elaborada por la personalidad, se estructura en el plano psicológico como un hábito, es decir, se expresa de forma mecánica. Mucha gente habla sin pensar en lo que se dice, su palabra es locuaz, o parla de modo recurrente, cuenta las mismas historias, anécdotas, se repite… Toda palabra también se acompaña de gestos y ademanes. Otra costumbre que caracteriza este binomio personalidad-verbo es levantar la voz, cuando el asunto o la conversación no siguen el itinerario previsto, y se empieza a discutir. Aquí hay que incluir la inercia de interrumpir a los demás, dejarse llevar por la emoción, hacer comentarios jocosos, etc. Todas estas actitudes son propias de este factor psicológico, las cuales minan la comunicación.
El ego, desde la perspectiva del verbo y de la función motora, se distingue por la recurrencia, la cual refleja el estado de hipnosis que acarrea en los centros racional y emocional. Este factor difícilmente se comunica correctamente con los demás, más bien, es un obstáculo en las relaciones interpersonales. Del mismo modo que tampoco facilita la escucha.
En general, el manejo del verbo de una persona constituye una especie de carnet de identidad psicológico. Su manera de hablar dice mucho de ella. Muestra su educación, estudios, sensibilidad, sensatez…, en definitiva, sus valores de humanidad. Por esta causa, el alumno precisa despertar a todas las peculiaridades de la palabra. Requiere observar cuidadosamente cómo se relaciona con ella, la cual marca la base de su comunicación y de las relaciones interpersonales. Muchos psicólogos atraen la atención de esta herramienta como una habilidad social. El autoconocimiento enseña que el verbo es un indicativo que define la realidad física, psicológica y ontológica del individuo. Tanto la Esencia libre y embotellada como la personalidad, se expresan continuamente a través de ella. No obstante, el estudiante apenas es consciente de qué factor se adueña de ella, ni aprehende la responsabilidad que acarrean estos factores en determinar las habilidades o los defectos de nuestra comunicación.
La creación a partir de la vibración o el sonido en las civilizaciones antiguas[11]
El carácter del estado vibratorio, tanto de la materia como de la energía, entendido como sonido, fue advertido por varias civilizaciones antiguas, las cuales le asignaron la causa de la creación. La intuición de estos pueblos trasladó sus comprensiones a alegorías y leyendas, las cuales viajaron a través de las generaciones elaborando sus mitologías[12].
“La palabra fue la que dio vida a este universo; la palabra sostiene a este universo. El Logos suena... El Logos es música, y la música también es esférica y fluye en todo el panorama cósmico”. (Samael Aun Weor. Conferencia. El secreto de Quetzlcoatl).
Los griegos asimilaron la creación al Logos. Este vocablo es muy extenso en significados debido a los distintos contenidos que los antiguos filósofos helénicos le asignaron. La definición de Logos más concreta, y en armonía con el autoconocimiento, la aportó Heráclito (544 a. C. - 484 a. C.). Este filósofo fue uno de los primeros en servirse de este término para explicar la creación, sus propiedades, y su relación con el ser humano.
“Este mundo, que es el mismo para todos, no ha sido creado por ninguno de los dioses ni de los hombres, sino que fue siempre, es y será fuego eternamente vivo que se enciende según un orden regular y se apaga según un orden regular”. (Cita de Heráclito en Filosofía. Vol. III: Ética, política e historia de la filosofía (I). Profesores de Enseñanza Secundaria).
Según Heráclito, la creación está regida por el Logos. Este último se manifestaría en todo el universo como un fuego vivo, cuyo seno alberga las leyes y las proporciones que tutelan su propio movimiento y transformación. Este devenir continúo vibra. Para este sabio, Logos es causa, substancia, y principio rector del universo y de la armonía que lo sustenta, el cual se halla también presente en el Hombre por ser parte de la creación. En consecuencia, muchos filósofos griegos de épocas y escuelas posteriores, asimilaron el término Logos con varios matices de significado: inteligencia, palabra, pensamiento, ciencia, proporción, ley, lógica, razón.
Todas estas acepciones del término Logos atribuidas al ámbito humano poseen su raíz en el Logos creador. ¿Qué relación tiene, entonces, el Logos con el sonido? El fuego vivo de Heráclito, es la energía en todas sus manifestaciones. El término “fuego vivo” es una alegoría de la energía que está presente en todo el universo, y lo constituye. La energía oscila, y su forma de manifestarse son las ondas, sean estas electromagnéticas, luminosas, gravitacionales, etc.
“El cambio, el devenir, está regido por el logos. El logos regula el devenir como una ley inmanente al mundo[13]”.
Para los griegos, Todo era el Logos, era vibración, lo que existía desde el principio. Este Logos, igualmente, se halla en el Hombre como inteligencia o conciencia, el cual se manifiesta en la mente como pensamiento, razón, palabra o conocimiento.
Por otro lado, los primeros cristianos helénicos, asimilaron este Logos al Dios hebreo Jehová. De este modo, en el evangelio de San Juan, en su traducción al latín, se asocia Dios al verbo.
“En el principio era el Logos, y el Logos era con Dios, el Logos era Dios[14]”. (Evangelio de San Juan en griego, 1. 1).
Esta alusión al Verbo identificado con el Dios del Antiguo Testamento, devuelve el origen de la creación a su carácter vibratorio.
Dentro de la extensa mitología hinduista, existe un mito del dios Shiva[15], quien es llamado el danzante cósmico, Señor de la Danza o Nataraja. La representación de este dios es particularmente significativa en la relación existente entre el sonido y la creación.
Shiva, danza dentro de un círculo de fuego, el cual alude a la energía generadora del universo, donde él es la causa de su expansión con su movimiento. El baile simboliza la vibración definida por el ritmo y sonido que marca el tamborcillo que sostiene en una de sus manos. Sobre la palma de otra mano, muestra una llama que alegoriza la luz, la vida, y la conciencia que ordena la creación. Las otras dos forman parte de la posición de la danza junto con sus pies. El pie derecho se apoya sobre un ser deforme, en el plano cósmico hace referencia al caos, la energía base que se transforma continuamente. Sus cabellos muestran diferentes atributos y habilidades de este dios. Sobre la frente se visualiza el chakra ajna, y sobre la cabeza se representa el chakra de la glándula pineal.
“Shiva danzante representa el alma universal y eterna que irradia toda energía, en particular como símbolo del fuego destructor y creador. Este baile continuo engendra la sucesión de días y noches, el ciclo de las estaciones, y del nacimiento y la muerte. Finalmente, su energía causará la destrucción del universo, y luego nacerá de nuevo. Esta danza de la creación del mundo simboliza el proceso del eterno retorno”. (Wikipedia, la enciclopedia libre, en francés. Clave: Shiva).
Por otra parte, la tradición azteca cuenta con un monolito conocido como “Piedra del Sol o Calendario Azteca”, el cual aporta cierta luz sobre el mito de los dioses creadores. Esta piedra ha sido motivo de estudio desde su redescubrimiento en 1790. Trata sobre la leyenda del Quinto Sol, refleja los conocimientos astronómicos y el calendario de los Mexicas.
“La Piedra del Sol sería una representación de ese movimiento-arquetipo del tiempo. En este monumento encontramos representada simbólicamente la concepción dual del movimiento de energía como un disco solar dividido en dos hemisferios delimitados cada uno por una xiuhcoatl[16]”. (Alberto Aveleyra. “Ometeotl y Tonatiuh, aproximación a la concepción de lo sagrado entre los mexica”. Cap. La Piedra del Sol y la unidad manifestada como energética de dos fases).
El monolito está formado por círculos concéntricos. Cada uno describe un elemento ligado a su cosmogonía. En el centro se distingue a Tonatiuh[17], el dios del Quinto Sol, quien simboliza al Ser responsable de la creación presente en nuestros días. Este aparece junto a los atributos del dios de la Tierra, Tlaltecuhtli.
“En el círculo central se representa el dios solar Tonatiuh con su radiante cabellera amarilla; de entre sus labios emerge un cuchillo de obsidiana, que es la representación del verbo”. (Samael Aun Weor. Conferencia: “El calendario azteca”).
En el siguiente círculo se muestran los cuatros dioses creadores anteriores. Todos ellos representan eras o épocas. Tonatiuh alude al sol de la unión de los opuestos[18], y este crea a través de su palabra, lo cual se aprecia por la lengua en forma de cuchillo que sobresale de su boca. Los dos siguientes círculos hacen referencia al calendario ritual, divisiones de los meses y días que conformaban el año sagrado, compuesto por doscientos sesenta días. La inserción del tiempo corresponde al ordenamiento de los procesos que tienen lugar en toda creación. Finalmente, el último círculo está formado por dos serpientes de fuego, las cuales se confrontan en la base de la piedra, y alegorizan el despliegue de la energía creadora del universo en su aspecto dual.
Esta breve explicación de la obra, se centra en el hecho de que la palabra es el núcleo del inicio de la creación por causa de un dios solar. Tal como ocurre en diversas civilizaciones, la vibración es el vínculo entre el elemento iniciador del universo y la creación en sí misma. Es necesario tener presente que el sol es símbolo de luz, calor y vida, esto es común a todos los cultos solares de las civilizaciones antiguas, y alude al plano interno. La psiquis o el alma del ser humano, precisa ser fecunda en vida espiritual, la cual se edifica en base a la luz de su conciencia, y al calor o a el entusiasmo de su corazón.

En la época antigua de la civilización egipcia, se atribuye la intervención del dios “Khepera[19], y de la palabra a la formación del universo.

“Me llevé a mi propio nombre en mi boca como una palabra de poder, y de inmediato surgió bajo la forma de las cosas que son y bajo la forma de Khepera”. (Legends of the Gods. Los textos egipcios editado con traducciones por Ernest Wallis Budge. London: Kegan Paul, Trench y Trübner & Co. Ltd).
Khepera, Ra y Atum son tres estados del dios Sol. El primero es el sol de la mañana, el segundo el del mediodía, y el último, es el sol de la tarde que se pierde por el horizonte. Según el mito heliopolitano, todos ellos son creados por sí mismos del Nun o caos, crean a las demás deidades, surcan el cielo, y se renuevan todos los días. En realidad, estos tres dioses son uno, y tienen asociados otros muchos nombres, que fueron cambiando en distintas épocas por las influencias del culto y del poder político.
“Cuando nada existía, el Uno ordena la creación a través del sonido de su voz. En el “libro egipcio de los muertos”, se lee: “Soy el eterno… Soy aquel que ha creado la palabra… Soy la palabra”. (Rafael Echeverría. “Raíces de sentido sobre egipcios, griegos, judíos y cristianos”. Cap. El mundo según los egipcios. Pág. 66).
El mito menfita atribuye la creación y el surgimiento del dios Atum, al principio creador del dios Ptah. Este dios autoengendrado crea a todos los dioses fundamentales del panteón egipcio por medio del pensamiento de su corazón, y la acción de su palabra o lengua.
“Ptah-Nun el padre que [engendró] a Atum”.
Ptah el Grande que es el corazón y la lengua de la Enéada”.
“Así sucedió que el corazón y la lengua obtuvieron la supremacía sobre [todos] los miembros [del cuerpo] de acuerdo a la doctrina que él está en cada uno de los cuerpos y cada una de las bocas de cada uno de los dioses, de todos los hombres, de todo el ganado, de todos los seres que reptan y de todo lo que vive, pensando lo que desea y decretando todo aquello que anhela[20]”.
Todas estas referencias a dioses creadores y a la palabra de los mitos egipcios, son alegorías que atribuyen a diferentes fuerzas, o energías que vibran en el espacio hasta concretar el universo conocido. Lo relevante es la intuición que este pueblo reveló por medio de sus símbolos, los cuales colocaron en el centro de sus creencias el valor del corazón, del verbo y de su función. De esta manera, la palabra y su uso adquirieron una importancia que se extendió a su modelo de vida, puesto que todos los seres humanos poseen corazón y lengua. Los faraones gobernaban con el poder de su palabra. A través de sus mandatos, se aseguraba el orden, la justicia, y los designios del pueblo. En el plano particular, esta realidad se extendía a otros ámbitos como son: lo espiritual, lo familiar, lo laboral… Todos los seres humanos son soberanos en ciertos ámbitos, y la ética de su palabra les aporta legitimidad. Esto sigue de actualidad en nuestros días.
El mantra
“Pues el cosmos entero, con todos sus dioses, sus planos y sus modos de ser, se manifiesta en un cierto número de mantra: el universo es sonoro, del mismo modo que es cromático, formal, substancial, etc. Un mantra es un símbolo en el sentido arcaico del término: es al mismo tiempo la realidad simbolizada y el signo simbolizante”. (Mircea Eliade. Yoga, inmortalidad y libertad. Cap. Mantra Dharani).
El conocimiento de sí atribuye al sonido un valor significativo. Por un lado, tal como se ha comentado en apartados anteriores, la palabra es el elemento fundamental de comunicación entre los seres humanos. Al mismo tiempo, la persona interioriza la palabra en conceptos en el centro intelectual, elabora los razonamientos, y estos vislumbran su calidad humana y lucidez. Este hecho atrae sobre el verbo una connotación singular en el ámbito psicológico.
Por otra parte, el sonido produce un efecto sobre la materia y la energía de un modo particular, afecta al propio organismo y a la psiquis. La composición biomagnética del cuerpo físico, se levanta sobre la base de campos de energía, como son los chakras, y los múltiples canales o nadis que recorren la estructura orgánica[21].
En la antigüedad, se tuvo conciencia del poder del sonido, y, en consecuencia, del verbo. De esta manera, nacen palabras, fórmulas, oraciones, poemas épicos, míticos, alegorías…, que se trasmitían oralmente de padres a hijos. La palabra formaba parte de la identidad de ese pueblo, describía su historia, sus cultos, dioses y leyendas, y el modo de alcanzar respeto, posteridad, honor, y dignidad entre ellos. La palabra en esos tiempos describía y actuaba desde el ámbito de lo sagrado. Los antiguos pobladores de la India, comprendieron el poder y la magia que la acción del sonido acarreaba en las cuestiones espirituales, y le asignaron el nombre de “mantra[22]”.
En los primeros tiempos, el mantra inicia su función como una herramienta litúrgica, en el ámbito del ritual o de la ceremonia, dedicada al culto de una divinidad, o una acción espiritual. Por un lado, estos vocablos o sonidos sirven para atraer fuerzas, estados psicológicos que favorecen la interiorización, la concentración, y un estado de conciencia propicio a quien los pronuncia. Por otro lado, condensan el poder del sonido por medio de su frecuencia o nota síntesis, y proyección geométrica con el objetivo de ayudar, mediar o alcanzar lo que el mismo rito se propone. Por ejemplo, en las celebraciones religiosas, la coronación de gobernantes, el dictado de leyes…, se invoca, protege, conjura, consagra, sella…, energías, objetos, actividades, personas, etc. Los mantras, el baile y la música formaron siempre parte de acciones con un propósito ontológico; fueron fundamentales en cualquier tradición religiosa antigua, y siguen vivos en la actualidad. ¿Por qué? Estos mantras atesoran el poder que les otorga el principio creador inmanente al sonido, el cual está presente en toda la creación. El sonido como expresión del fenómeno de la vibración, es un mediador en diferentes planos. Lo que se manifiesta dentro del ser humano, más allá de lo biológico, en un sentido trascendente, es energía. La conciencia, la mente, los sentimientos, la palabra, las mismas acciones, la psiquis, el alma…, es energía, que vibra según unos principios y unas propiedades.
Por esta causa, la vocal “o”, cuando se pronuncia repetidas veces concentrado en el corazón, y con el estado de conciencia adecuado, estimula y equilibra el ritmo cardiaco. La articulación de la vocal “i”, centrada en el entrecejo, ayuda a la circulación de la sangre. La letra “u”, vocalizada con atención plena en el plexo solar, apacigua y equilibra la función emocional, etc. Estos efectos físicos del sonido sobre el organismo pueden ser experimentados por sí mismo, con paciencia y tesón, pero su influencia va más allá de lo orgánico. Todos estos puntos, o ejes de referencia, tal como se enseñó en el tema anterior de los chakras, son sentidos internos, vórtices de energía que extienden sus efectos en el plano vital, psicológico y anímico. Esto significa que con la vocalización de la letra “o”, también se despierta la facultad de la inspiración y de la intuición; con la pronunciación de la vocal “i”, se estimula la atención, la observación, la concentración y la imaginación; con la articulación de la vocal “e”, se refuerza las glándula tiroides y el aparado auditivo, se estimula el oído interno; la música de los grandes clásicos, como Mozart, Beethoven, Bach, Haendel, Vivaldi…, estimula la conciencia, relaja la mente, inspira, entusiasma, sensibiliza el alma de la persona. Este es el sentido del mantra, su poder, su magia, alcanza experiencias y acciones que son imposibles para la actividad racional o física.
Los mantras, como ciertas oraciones, nombre de divinidades antiguas, cantos, músicas, poemas…, constituyen un patrimonio universal. Muchos de estos sonidos son reminiscencias de una lengua olvidada, perdida, por el transcurso del tiempo, y el descenso del nivel de conciencia de la humanidad.
Todas las lenguas gozan de sonidos que tienen cierto poder de influencia, efectos concretos sobre animales o seres humanos. No son palabras, propiamente dicho; estos signos lingüísticos no gozan de significado o concepto estricto, ni están organizados sintácticamente.
Por ejemplo, el sonido “ssss…” se utiliza para dormir un recién nacido, mientras se le balancea. “Sooo…” para que un caballo, mula…, se pare; “arre” para que inicie su marcha. “Pita, pita, pita…, o piu, piu, piu…” para llamar a las gallinas o darles de comer. “Chisst” para que alguien se calle. “Ar”, como voz militar, que indica ejecución.
Estas interjecciones[23] o estos sonidos rudimentarios, serían usados desde tiempos inmemoriales por la gente. Del mismo modo que palabras elementales como: agua, río, mar, fuego, hogar, cielo, lluvia, sol, luna, calor, frío, nieve, invierno, verano…; pronombres, los nombres de animales, plantas, árboles de su entorno, colores, acciones primordiales, como comer, dormir, cazar, amar, odiar y un largo etcétera de sonidos que se transformaron con la evolución de los pueblos: traslados, conquistas, ser conquistados, integración, dispersión de sus miembros…; nuevas necesidades, realidades, etc. No obstante, muchos de los sonidos o las palabras que poseían una función espiritual, y gozaban en aquellos tiempos de una componente mágica, sobrevivieron hasta nuestros días. Aunque, ocurre lo mismo que con los sonidos anteriormente descritos, pues son semánticamente equivalentes a una oración, o de significado complejo, ciertos sonidos y su definición se conservan gracias a documentos escritos. Algunos ejemplos:
“Talita cumi[24], palabras pronunciadas por Jesucristo, para arrebatar de la muerte a una niña. (Marcos 5. 41).
“Ábrete, Sésamo”, fórmula mágica empleada en el cuento: “Alí Babá y los cuarenta ladrones”, de la obra de “Las mil y una noches”. Este dicho procede de la tradición oriental; se usaba para sobrepasar ciertas situaciones difíciles, en sentido figurado de abrir puertas. Estos dos vocablos son un mantra para abrir los chakras, principalmente realizando los ejercicios de lamasería o ritos tibetanos. Pronúncielos mentalmente o en voz baja.
“Om”, se considera el sonido primordial por la tradición oriental, de donde surgen todos los demás[25], unifica sus deidades más sagradas, alude a la unión de lo espiritual con lo material, e integra los pares de opuestos presentes en la creación.
“Om mani padme hum”, Esta serie de vocablos forma un mantra sagrado de los budistas, traducido como “la joya del loto”, cuya significación adquiere una connotación trascendente de contenidos según sus enseñanzas.
“Hare Krishna”, es un mantra hinduista que forma parte de una oración dedicada al dios Krishna. Esta evocación a la divinidad de Krishna tiene su origen en los Vedas de la antigua India. El sentido de este sonido es invocar los efectos beneficiosos que se atribuyen a este dios, como energía de serenidad, pureza y lucidez de mente y espíritu. Los devotos de esta tradición recitan este mantra con un baile, e instrumentos musicales simples.
“Yo soy la Santa Palabra, la Palabra eterna”. (El Bhagavad Gita. Cap. 10. Cita 25. Respuesta del dios Krishna a Arjuna).
“Amén”, palabra hebrea, que significa “en verdad”, y que se usa como aprobación, afirmación, o compartir lo dicho, en el sentido de “así es”. Este sonido se emplea en las tres religiones monoteístas con una connotación litúrgica de “estar de acuerdo”, y se dice al final de una oración. Esta palabra es equivalente a lo que se entiende por mantra. Jesucristo lo repetía dos veces al inicio de algunas de sus intervenciones.
“Insha Allah”, indica “si dios quiere”, está en las manos de la voluntad de Alá, usada en el islam. En castellano, se derivó en “ojalá”, si dios quisiera que algo se cumpla, como un deseo o anhelo, en galaicoportugués, “oxalá”.
“Ha pasado a varios idiomas como el indonesio, el malayo, el persa, el bosnio, el turco, el urdu, el hausa, el bengalí, el inglés, el alemán, el español, el portugués y a ciertos oradores franceses”. (Wikipedia, la enciclopedia libre. Clave: Insha Allah).
Esta recopilación es una pequeña muestra de sonidos, entre otros muchos, con un contenido semántico complejo, y que perduran a través del tiempo debido al poder que todavía encierran.
La paleontología lingüística[26], tendrá gran dificultad en aseverar una lengua común y base de todas las que surgieron más adelante. Esta lengua arcaica o, también conocida como protonostrático[27] por ser original, posee en los foros científicos sus controversias. No obstante, las distintas disciplinas vinculadas con esta compleja investigación apuntan a que esta es la opción más plausible.
“Bien es cierto que algunas conclusiones son provisionales, algunas opiniones muy discutibles. Se necesitará mucho tiempo aún para que la genética, la arqueología, la paleontología y la lingüística se pongan de acuerdo para contar en los mismos términos la gran historia del hombre. Pero cuanto más avanza la ciencia más cuerpo toma la idea de que el género humano es uno, y de que todas las lenguas humanas pueden tener el mismo origen en un pasado no demasiado lejano[28]”.
Ahora bien, hoy en día, los lingüistas no dudan de la existencia de una relación remota entre las lenguas que forman parte del entorno indoeuropeo (Indi, Persa, Eslava, Celta, Germánica, Griega, Romance…), y afroasiático (Hebreo, Árabe, Bereber…). Existen evidencias de una lengua madre de todas estas lenguas que se denomina “Euroasiática”, la cual sería la base lingüística de la mayor parte de los idiomas del hemisferio norte, exceptuando el continente americano, y Extremo Oriente. Esta lengua con un parentesco común se hablaría hace 6.000 años o más.
“La existencia de un lenguaje originario común a la mayor parte de Europa y Asia, de una supuesta “Babel” de la cual se desprendieron innumerables lenguas a simple vista sin ningún parentesco entre sí, es hoy en día considerada una realidad prácticamente indiscutible[29]”.
Esto recuerda al mito de la “Torre de Babel[30]. Esta antigua alegoría plasma cómo en un momento de la Historia de la humanidad, los seres humanos en lugar de integrar y compartir, prefirieron separarse y dispersarse ante las dificultades de entendimiento. Babel significa confusión. Este mito cuenta la carencia de conciencia del hombre que inicia proyectos, o se enfrenta a retos de gran envergadura sobre una base ilusoria. Actualmente, el nivel de Ser de la humanidad es similar al que se describe en el mito. Por ejemplo, la mayoría de la población y de los gobiernos, anhela acabar con la contaminación del planeta. Sin embargo, en los foros internacionales no se consiguen los acuerdos vinculantes, ni la voluntad de acabar con esta lacra, la cual perjudica a todos los seres vivos en la Tierra. Esto mismo ocurre con la deforestación, la sobreexplotación de recursos naturales, el cambio climático, el hambre… Los dirigentes bienintencionados proclaman edificar una torre que alcance el cielo, pero son constructores que hablan lenguas distintas e incomprensibles entre ellos. Estos son incapaces de alcanzar una acción conjunta y coherente que solucione estos graves problemas.
La relación entre sonido, palabra y mantra
El sonido proporciona una herramienta poderosa al ser humano para trabajar sobre la psiquis, sobre energías que se mueven dentro de él. Anteriormente se han mencionado los efectos beneficiosos, tanto físicos como psicológicos, de la articulación de sonidos dirigidos sobre los sentidos internos o los chakras. El mantra posee aplicaciones indispensables en la práctica de la meditación. La vocalización de ciertos mantras, es una de las técnicas más efectivas para relajar y adquirir el silencio de la mente. Existe una serie de sonidos que ayudan al estudiante a reducir la actividad mental, poco a poco, a que la psiquis se serene y recupere su equilibrio. Paralelamente a la mantralización, es preciso que, en un mismo orden de importancia, uno se concentre en la acción ejecutada, y despliegue suficiente convicción en sus efectos. El escepticismo es un arma que el mismo subconsciente utiliza para reducir, o diluir la efectividad de la técnica empleada.
Mantras como: “Gate, gate, paragate, parasangate, bodhi swaha”, “Wu”, “s”, poseen el objetivo de la serenidad mental.
Otros mantras se relacionan con el ámbito ontológico, atraen la experiencia de quién los ejercita de conectar con las partes más internas del individuo, su “Auténtica Realidad”. Mantras como: “Ra”, “Tum”, “Pander”, “Jah”, “Jeu”, entre otros. Estos se pronuncian con el mismo estado interior que se recomienda en la práctica de la meditación, y concentrado en el corazón.
Existen muchos otros mantras para distintas acciones internas que se irán viendo según avanza el curso.
Los sonidos influencian, tanto la estructura biológica como biomagnética del individuo, de distintas formas. La frecuencia de vibración, intensidad, velocidad de propagación, cambios de ritmos de presión y densidad, construcción de patrones geométricos, constituyen el poder que se atribuye a los mantras de ordenar, ajustar, iniciar, desplegar, amplificar…, las distintas componentes del ser humano.
El sonido es el elemento básico de la palabra. El ser humano puede crear sonidos, modular las palabras, y crear múltiples códigos lingüísticos para comunicarse con los demás. El mantra son palabras, vocablos, que en muchos casos no poseen un significado concreto. Es como la música; sus melodías no tienen un contenido semántico, pero llenan de emociones a las personas y, en muchas ocasiones, alcanzan lo más profundo de sus almas y de su Ser. El mantra participa de esta magia que se concreta con estados de conciencia elevados, y con una mente serena, en orden, receptiva. De este modo, la meditación se asienta en fases más profundas; la experiencia trascendente y reveladora de realidades que se hallan dentro del alumno, se despliega. La base del conocimiento de sí, florece con la vivencia propia. Pero esta nace cuando el estado psicológico es adecuado, hay entusiasmo, dinamismo de la Esencia, y la mente es el canal por donde esta se expresa natural y espontáneamente.
“Así pues, hay sonidos que no oímos que curan enfermedades, y hay sonidos que sí oímos que han configurado nuestra historia, que contribuyen a la armonía de las estructuras que construimos, que nos ayudan a navegar por el mundo natural, y que crean fascinantes geometrías, que podrían encerrar las claves de otros misterios”. (Documental “Magia sónica”. Realizador: Jerry Thompson. Producción: Canadian Broadcasting Corporation).
Tabla de ilustraciones
1.- Cimática: patrones geométricos que se forman con las notas del piano. De izq. a der. Arriba -A2, B2, C#2, D#2, F2, G2- Abajo -A#2, C2, D2, E2, F#2, G#2-.
2.- “Resonancia con semillas negras sobre clavicémbalo que forman figuras Chladni”, (2005). Autor: WikiRigaou. Localización: Wikipedia, la enciclopedia libre. Clave: cimática.
3.- “Cicerón denuncia a Catilina”, (1889). Autor: Cesare Maccari. Localización: Palacio Madama, Roma. Este fresco conmemora el discurso de Cicerón en el senado romano cuando denunció la conjura que el senador Catilina había preparado para hacerse con el poder absoluto. La conspiración fue descubierta y desmontada a tiempo, esto ocurrió el 8 de noviembre de 63 a. C. El senador empezó con las palabras, “¿Hasta cuándo abusarás, Catilina, de nuestra paciencia?”
4.- Cartel publicitario de la radio del pueblo, en alemán, “Volksempfanger“, (1936).
Los nazis se dieron cuenta de las posibilidades que la radio ofrecía como medio de propaganda. Estos subvencionaron receptores baratos y simples para distribuirlos a todas las familias alemanas. En poco tiempo, Alemania se convirtió en el país con más radios de Europa.
El texto dice: “Toda Alemania escucha al Führer con la Volksempfanger”
5.- “Orfeo entre los animales”, (Siglo I a. C.). Localización: Museo Arqueológico Regional “Antonio Salinas”, Palermo. (Foto: G. Dall' Orto).
Apolo (Dios solar, símbolo de la lucidez, la conciencia iluminada) y Calíope (musa de la poesía épica y de la elocuencia) fueron los progenitores de Orfeo. Según los antiguos relatos mitológicos, cuando este tocaba su lira, las fieras se calmaban, y los hombres se reunían para oírlo y hacer descansar sus almas.
6.- “Shiva, la danza cósmica”, (Siglo XI). Localización: Museo Guimet, París.
7.- “El Calendario Azteca o Piedra del Sol”, (1479). Localización: Museo Nacional de Antropología, ciudad de México.
8.- “Nun, dios de las aguas del caos, levanta la barca del dios sol Ra hacia el cielo en el principio de los tiempos”. Localización: “The Complete Gods and Goddesses of Ancient Egypt”. Pág. 117; Autor: Richard H. Wilkinson, pintura perteneciente al Libro Egipcio de los Muertos de Anhai, (1050 a. C.).
En este papiro, Ra es representado, tanto por el escarabajo como por el disco solar.
Lectura
“El concepto de Logos tiene, en Heráclito, el significado general de medida y proporción. Esto implica que, para Heráclito, el universo está dispuesto según un plan o medida que hace que todas las cosas, aparentemente diversas, sean realmente una. El logos es quien explica la existencia de tal coherencia que permite que las cosas, en apariencias plurales, se encuentren en realidad unidas en un complejo coherente del que los hombres mismos constituyen una parte. En este contexto, Heráclito, tilda de almas bárbaras a todos aquellos que no son capaces de entender el lenguaje de los sentidos, o que no pueden interpretarlo correctamente, sino que se dejan engañar por sus manifestaciones superficiales. Al mismo tiempo, el logos no es una mera idea sino el constitutivo real de las cosas, coextensivo con el fuego[31], y, por tanto, elemento cósmico primario lo que no quiere decir que Heráclito creyese, al modo de los milesios, que tal principio era el origen de donde procedía todo. En Heráclito, el universo siempre habría así y, en él, el fuego (identificable con el logos) es elemento primario en el sentido de ser el responsable de que los elementos naturales, aún siendo contrarios y enfrentados entre sí, funcionen de modo coherente y equilibrado[32]”.
“Lo increíble de la música, es que no existe fuera del cerebro. Una sola nota empieza cuando las vibraciones viajan por el aire, lo que hace que el tímpano vibre, dentro del oído las vibraciones se convierten en impulsos nerviosos que viajan al cerebro donde se perciben varios elementos de la música, por ejemplo, tono y melodía. Cuando estos elementos se recombinan, forman un patrón que reconocemos como música. En otras palabras, el cerebro procesa los sonidos que creemos advertir en un todo perceptivo que llamamos música.
…Durante casi toda la Historia de la humanidad, la música y el baile han formado parte de la misma actividad. Nunca ha existido la diferenciación que hacemos actualmente… La música es movimiento para la mayor parte de los pueblos del mundo, y durante la mayor parte de su Historia”. (Mi cerebro musical. Directora: Christina Pochmursky. National Geographic Channel).
Película

“Tierra de ángeles”, (2004). Director: Kay Pollak. El film trata distintos temas centrado en un pequeño pueblo donde se forma un coro en el seno de la iglesia. El protagonista, famoso director retirado después de un ataque cardíaco, anhela concebir una composición polifónica que alcance el corazón de todo ser humano.
“El arte, en este caso la música y el canto, como vehículo para sanar, para ser más feliz, para conectarse mejor con uno mismo, con los demás y descubrir quienes somos. La película toca multitud de temáticas, desde la violencia de género, el bullying, los prejuicios de la sociedad, la cobardía, la hipocresía eclesiástica, los miedos personales, la competitividad, el egocentrismo, la dificultad de las relaciones interpersonales, la discriminación de personas con discapacidad... Y de igual manera, aborda temas como la empatía, la aceptación, la libertad, la cooperación, el apoyo mutuo, la escucha, el amor, la amistad, la tolerancia, la valentía...” (WEB grupocrece.es/películas, 11 de septiembre 2016).
Documentales
“Magia sónica”. Realizador: Jerry Thompson. Producción: Canadian Broadcasting Corporation[1]. Este documental muestra las aplicaciones que se derivan del sonido, y explica el fenómeno de la cimática.
Este video enseña claramente en qué consiste la cimática. Cymatics: Science vs. Music. Nigel Stanford. https://vimeo.com/118805458
“Mi cerebro musical”. Realizador: Christina Pochmursky. Producción: National Geographic Channel[2]. Este documental estudia, en el ámbito de la neurociencia, la capacidad creativa, y los efectos de la música en el cerebro del compositor “Sting”. https://www.youtube.com/watch?v=CHrCZOxMVrw
“Gracias a una investigación llevada a cabo por el neurocientífico, Daniel Levitin junto con el cantante y compositor Sting, estamos más cerca de entender cómo trabaja el cerebro de un músico. Cómo se generan hormonas y conexiones neuronales que dan pie a la composición y la ejecución musical”. (Presentación del documental en la página WEB de la cadena La 2).
Poema
En la estrellada noche...
“En la estrellada noche de vibración tranquila
descorre ante mis ojos sus velos el arcano,
y al giro de los orbes en el cénit lejano
ante mi absorto espíritu la eternidad desfila.
Ávido de la pléyade que en el azul rutila,
sube con ala enorme mi numen soberano,
y alta de ensueño, y libre del horizonte humano,
mi sien, como una torre, la inmensidad vigila.
Mas, no se sacia el alma con la visión del cielo:
cuando en la paz sin límites al cosmos interpelo,
lo que los astros callan mi corazón lo sabe;
y luego una recóndita nostalgia me consterna
al ver que ese infinito, que en mis pupilas cabe,
es insondable al vuelo de mi ambición eterna”.
José Eustasio Rivera
     

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[1] Emitido el 8 de noviembre de 2018, en “Documentos TV”, la 2 cadena, TVE.
[2] “Un movimiento ondulatorio es la propagación de un movimiento vibratorio, es decir, la propagación de un movimiento periódico alrededor de la posición de equilibrio de un cuerpo”. (Oxford Educación “Manual de Física y Química”, 2º ESO. Cap. La energía de las ondas).
[3] “Hay otras propiedades generales como la interacción, que se mide mediante la fuerza. Todo sistema material interacciona con otros en forma gravitatoria, electromagnética o nuclear”. (Wikipedia, la enciclopedia libre. Clave: materia).
[4] “El término genérico para este campo de la ciencia es el estudio de los fenómenos modales, denominada cimática por Hans Jenny, médico suizo y pionero en este campo, para describir los efectos periódicos que el sonido y la vibración tienen sobre la materia. Uno de los primeros en registrar que un cuerpo oscilante desplegaba patrones regulares fue Galileo Galilei en 1632”. (Wikipedia, la enciclopedia libre. Clave: cimática).
[5] “Un diapasón es un dispositivo metálico con forma de horquilla, utilizado principalmente como referencia para afinación de instrumentos musicales”. (Wikipedia, la enciclopedia libre. Clave: diapasón).
Programa Channel Nº 4, La Cuatro, 5 sept. 2006, artista invitada Ainhoa Arteta.
[7] Neysa Navarro Fernández. Tesis doctoral: La influencia de la música como agente físico sobre el comportamiento de células madre... Cap. 1. La musicoterapia. Universidad de Valladolid, Facultad de Medicina.
[8] Bares, restaurantes, pubs, discotecas, fiestas, conciertos, etc.
[9] Organizada por los derechos civiles bajo el lema “Trabajo y Libertad” hasta el National Mall en Washington, el 28 de agosto de 1963.
[10] Y todos sus sinónimos como: razonar, cavilar, recapacitar, reflexionar, etc.
[11] Este punto aporta una descripción somera sobre alegorías de la creación debido a la complejidad y extensión de los mitos, los cuales ilustran la importancia que la antigüedad otorgó al sonido.
[12] “El mito proclama la aparición de una nueva situación cósmica o de un acontecimiento primordial. Consiste siempre en el relato de una creación: se cuenta cómo se efectuó algo, cómo comenzó a ser. He aquí la razón que hace al mito solidario de la ontología; no habla sino de realidades, de lo que sucedió realmente, de lo que se ha manifestado plenamente”. (Mircea Eliade. Lo sagrado y lo profano. Cap. Mito = modelo ejemplar).
[13] Universidad Nacional de Asunción. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Escuela de Ciencias Sociales y Ciencias Políticas. Profesor Carlos Ibáñez Morino. Historia del pensamiento social y político I. Heráclito de Éfeso. Cap. Biografía.
[14] “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios”. (Juan 1. 1 - 2, versión latina conocida como Vulgata).
[15] Forma parte de la trimurti, junto a él se hallan Brahma y Vishnu.
[16] Serpiente de fuego, la cual simboliza expansión o expresión de la energía. En este caso, cada una de las fases de onda cuando esta se transmite
[17] “Así tenemos que la traducción literal de Tonatiuh es algo así como “va irradiando o va calentando”, es decir, la palabra náhuatl para sol se refiere más que a un objeto a una acción, un proceso, un movimiento de energía”. (Alberto Aveleyra. “Ometeotl y Tonatiuh, aproximación a la concepción de lo sagrado entre los mexica”. Cap. Tonatiuh).
[18] Michel Graulich. Mitos y rituales del México antiguo.
[19] También conocido con el nombre de “Khepri o Jepri”, cuyo significado es: “Aquel que llega a ser”. Este dios se representaba como un escarabajo pelotero, o un hombre con la cabeza de este coleóptero.
[20] Respectivamente: Piedra Shakaba, primera línea de las columnas 50, 52 y líneas 3, 4, 5 de la columna 54. Museo Británico. Traducción: Miriam Lichteim. Obra “Ancient Egyptian Literature”, Vol. 1. Berkeley/Los Ángeles, Londres, 1975.
[21] Este tema se halla extensamente explicado en la monografía titulada: “Los chakras o los sentidos internos”.
[22] “Un mantra es una palabra sánscrita que se refiere a sonidos (sílabas, palabras, fonemas o grupos de palabras) que, según algunas creencias, tienen algún poder psicológico o espiritual. Los mantras pueden tener o no significado literal o sintáctico”.
“La primera aparición de la palabra mantra se encuentra en el Rig-veda, el texto más antiguo de la India, de mediados del II milenio a. C. Allí significaba -como instrumento del pensamiento- oración, ruego, himno de adoración, palabra base, canción”. (Wikipedia, la enciclopedia libre. Clave: mantra).
[23] “Se cree que constituyen restos de la forma más antigua, primitiva o sintética de lenguaje”. (Wikipedia, la enciclopedia libre. Clave: interjección).
[24] Significa: “niña, a ti te digo, levántate”.
[25] Tal como ocurre con la luz blanca que se descompone en los colores del Arco Iris.
[26] “La paleontología lingüística es una disciplina que pretende clarificar la prehistoria y cultura material de los hablantes de una lengua muerta o protolengua antigua”. (Wikipedia, la enciclopedia libre. Clave: paleontología lingüística).
[27] Nombre propuesto por el lingüista danés Holger Pedersen (1867-1953).
[28] El paso del tiempo en la historia de la lengua. Revista. Vol. XV, Fascículo 2. Universidad de Sevilla, Titulo: “El origen de las lenguas. Biología y lingüística”. Autor: Julio Sánchez Hernández.
[29] Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Secretaría de Posgrado. Memoria Académica. Autor: María Florencia Nelli. ¿La torre de babel? Introducción al indoeuropeo, I. Cap. 1. Fundamentación y objetivos
[30] Génesis 11.1 – 9.
[31] Término que equivaldría a “energía”.
[32] Universidad Nacional de Asunción. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Escuela de Ciencias Sociales y Ciencias Políticas. Profesor: Carlos Ibáñez Morino. “Historia del pensamiento social y político I. Heráclito de Éfeso”. Cap. El Logos y los opuestos.
[33] Emitido el 8 de noviembre de 2018, en “Documentos TV”, la 2 cadena, TVE.
[34] Emitido el 7 de julio de 2018, en “Documentos TV”, la 2 cadena, TVE.